Bolsa, mercados y cotizaciones

La deuda no es más cara para la gran empresa

Las gigantes empresariales -no financieros- reconocen que su coste de financiación no se ha encarecido respecto a sus competidores europeos.

El pasaporte no ha supuesto un impedimento en el coste de financiación de los grupos industriales españoles, que no los bancos. Pese a que en los últimos meses el Tesoro Público se ha enfrentado a un elevado coste al emitir deuda por el contexto de crisis de la Europa periférica, el interés que están pagando las cotizadas españolas (que no pertenecen al sector bancario) para obtener recursos no se ha incrementado como consecuencia de su nacionalidad. Es uno de los puntos en los que coinciden los expertos congregados en el último Observatorio Financiero que organizó elEconomista con la colaboración de Criteria CaixaCorp y Accenture, en el que se debatió acerca de La internacionalización de las compañías españolas.

"En la búsqueda de financiación no nos hemos visto penalizados por ser españoles", señala Miguel Ángel Rodríguez Presumido, director de Proyectos de Desarrollo Corporativo de Abertis. Las ventanas de financiación no se han cerrado para las cotizadas españolas. Ejemplo de ello es el éxito en las últimas colocaciones de deuda de compañías como Banco Popular, Gas Natural o Telefónica.

Esta última fue una de las empresas pioneras en lanzar su negocio fuera de España -su internacionalización se inició con su apuesta por Chile en 1989- y desde la compañía aseguran que tampoco se están viendo perjudicados por la marca España a la hora de encontrar financiación. "Tenemos el mercado abierto para la deuda y ésta no nos está costando más de lo que le cuesta a otras compañías del sector como France Telecom y Deutsche Telekom", confirma Iván López, director de la Oficina del presidente y del consejero delegado de Telefónica. Es en estos momentos cuando las empresas que han hecho los deberes y mantienen sus balances saneados no deben encontrar problemas indistintamente de su país de origen. "Los mercados al final valoran los fundamentales de una compañía y no la bandera España", considera Narcís de Carreras, director de Desarrollo Corporativo en Latinoamérica de Gas Natural Fenosa.

Aunque en este sentido hay que distinguir entre la financiación bancaria, la emisión de deuda y las ampliaciones de capital. Gonzalo Onzain, director de Fusiones y Adquisiciones de Gamesa, opina que "es más un efecto de imagen que de coste real" y explica que "donde sí se encarece el coste en el mercado es para quien quiera captar capital", porque en el caso de la financiación por parte de entidades bancarias depende más de otros aspectos como la solidez financiera que tenga la compañía.

Pero como en cualquier análisis de este tipo, conviene diferenciar entre las grandes compañías cotizadas y empresas de menor tamaño, en las que la situación es algo distinta. Eric Bendelac, director de Desarrollo Corporativo de Natraceutical comenta que "al ser una compañía de pequeña capitalización estamos más penalizados porque el mercado asume que una empresa de este tamaño opera sólo en España, cuando la realidad es que estamos preparando el salto al mercado brasileño para ampliar el negocio farmacéutico.

Aunque hay excepciones como la de esta farmacéutica, sí que es cierto que la expansión geográfica de las pequeñas y medianas empresas españolas es en muchos casos una de las tareas pendientes. Iván López consideró que "el reto que tiene España es que las pymes se internacionalicen."

Diferenciación como defensa

Hay otros retos a los que deben enfrentarse las compañías españolas en estos momentos. No basta con diversificar el negocio a otros países. La entrada de nuevos competidores emergentes se presenta como una amenaza ante la que los representantes de las grandes compañías presentes en el Observatorio tienen clara su estrategia: la diferenciación. Alberto Zamora, socio director de estrategia para España, África, Portugal e Israel de Accenture, expone que además de tener que "conseguir capacidades locales", los elementos fundamentales para responder a esta amenaza son "la innovación y la diferenciación", al mismo tiempo que señala a la eficiencia -por ejemplo, por medio de economías de escala- como otro factor importante.

"La copia no es un riesgo, es una realidad", así lo sentencia Gonzalo Onzain, de Gamesa, que mantiene que "la única salida es la diferenciación" mediante nuevos productos. En el caso de este fabricante de aerogeneradores, la naturaleza de sus productos hace más difícil y costosa la imitación pero, sobre todo, la optimización a medio plazo de un equipo hace que un competidor no suponga una amenaza real.

Todo lo contrario ocurre en otras actividades, lo que no impide que logren encontrar su hueco en otros mercados. En los últimos años la mayor parte de las compañías de la bolsa española ha iniciado una nueva aventura en países con mejores perspectivas de negocio, hasta el punto de desarrollar casi todo su negocio en el exterior. En el caso de Ebro Foods, por ejemplo, sólo el cinco por ciento de su ebitda -beneficio bruto de explotación- procede de su actividad nacional, mientras que Gamesa ha ido perdiendo presencia en España hasta el punto de casi "desaparecer".

Sólo el siete por ciento de su negocio se desarrolla en el mercado doméstico. Unos cálculos que llevaron a todas las empresas que participaron en el Observatorio financiero a coincidir en que ese me pesa España, que quedó patente en las cotizaciones de las españolas el ejercicio pasado por las consecuencias de la crisis de deuda periférica, era injustificado al no desarrollar gran parte de su negocio en el mercado doméstico.

Se buscan 'expatriados'

En esta misión de diversificar el negocio, las cotizadas españolas han tenido que hacer grandes esfuerzos para poder adaptar el negocio más allá de nuestras fronteras. Una tarea de los expatriados, trabajadores que un día hacen sus maletas para encaminarse en una nueva etapa en la que implantar en el exterior el talento y las formas de trabajar de la compañía.

"Adaptar las empresas a un negocio internacional requiere un proceso de aprendizaje, llevar formas de ser y gente que conozca España", explica Iván López.

En esta excursión por países con mayor potencial de crecimiento y en busca de éxito, Manuel González de Luna asegura que a la hora de elegir el destino se tiene en cuenta varias cosas, como por ejemplo, que sea "un país democrático, que tenga una distribución moderna y un sistema legal estable".

La gestión de estas aventuras por el extranjero es imprescindible, ya que como explica Eric Bendelac, de Natraceutical, "mantener las compañías como estaban es un error, la clave está en tener el control en la actividad". Algo con lo que coincide Miguel Ángel Rodríguez Presumido, quien asegura que "algunos de los retos están en la gestión eficiente de los recursos, aceptar que todos podemos aprender de los demás y buscar el equilibrio entre la autonomía y la implementación de los mecanismos de control".

La importante misión de los expatriados y el poco número que existe lleva a Accenture a considerar que "es una de las tareas pendientes para las compañías españolas". Y no porque supongan grandes gastos porque, según opina el directivo de Gamesa, "el coste del expatriado no afecta al coste de financiación de la empresa. La clave está en explicar que nuestras filiales son autónomas, pero no independientes".

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