Lo intentó y contó con el inestimable apoyo de la banca para conseguirlo, pero se quedó a las puertas. El Ibex 35 cerró la sesión con una subida del 1,48 por ciento.
Un alza que si bien le permitió convertirse en el mercado europeo más alcista de la jornada, no fue suficiente como para cerrar por encima de los 10.829 puntos o, lo que es lo mismo, el máximo anual del que hasta ahora disfruta. Se quedó a muy poco, ya que despidió jornada en los 10.828,70 puntos.
El apoyo que recibió por parte de la banca fue clave. No en vano, los títulos del sector financiero pesan un 40 por ciento en el índice español. Así, con la excepción de Sacyr, que se convirtió en el líder indiscutible del mercado gracias a su alza del 5,85 por ciento, el resto de valores más rentables pertenecieron al sector financiero.
Sin embargo, los inversores alcistas aún no las tienen todas consigo -de hecho, según la última encuesta de la Asociación Americana de Inversores Individuales, el porcentaje de bajistas es el más elevado desde comienzos de septiembre, al superar el 34 por ciento-.
Ya en territorio europeo, dos noticias mermaron las ganas de los inversores alcistas. Por una parte se conoció un informe de Standard & Poors en el que afirma que los países denominados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España) se enfrentan a un año en el que estarán "atrapados en la recesión" debido a los ajustes fiscales que tienen que acometer para reducir sus déficit. Un déficit que, además, en el caso español, el FMI no cree que se reduzca tanto como presume el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, según informó ayer la institución.
Por otra, la emisión de bonos del Frob también actuó de freno para los alcistas. El Fondo colocó 4.000 millones de euros en bonos a 3 años pero lo hizo a un tipo de interés nueve veces superior a la emisión que realizó en junio.
Por su parte, el euro también demostró que las dudas sobre el mercado europeo aún no han desaparecido. Ayer cayó un 0,13 por ciento en su cruce contra el dólar.