Bolsa, mercados y cotizaciones

"En las crisis se entra a toda velocidad, pero se sale muy lentamente"

Marisa Mazo, directora de análisis y estrategia de Ahorro Corporación. Foto: Archivo
Hay que aprender del pasado. Esta frase tan sencilla aparentemente puede ser la solución de la crisis de las hipotecas de alto riesgo. Al menos, así lo cree Marisa Mazo, directora de análisis y estrategia de Ahorro Corporación.

Con un enfoque didáctico, que delata su vocación académica, Mazo no duda en citar al gran experto del crac de 1929, John Kenneth Galbraith, para comprender lo que ocurre ahora. Como en cualquier bache financiero, hay una falta de confianza y hasta que no se conozca la magnitud del problema no se podrá restablecer la tranquilidad, asegura. Para ello, añade que resultará vital la presentación de las cuentas de la banca de inversión en Estados Unidos y Europa.

¿Cómo podría explicar la situación actual de mercado en la que las bolsas han caído por el estallido de los problemas en las hipotecas de alto riesgo?

Hay una crisis de confianza. Existe un problema en la caída del valor de los activos financieros, porque no se sabe a quién afecta ni cuánto. En realidad, los que han sufrido han sido los fondos monetarios y los créditos, ya que las bolsas han recortado menos de un 10 por ciento desde el inicio, frente al 50 por ciento que cayeron en 1998.

Pero, ¿qué diferencias pueden existir entre la situación actual y la vivida en 1998?

La principal es el tipo de activo afectado. En aquel momento fue una crisis de la deuda de los emergentes y ahora lo que está tensionado es el crédito. No hay suficiente confianza entre los bancos, y aunque hay dinero, no se presta. Otra diferencia es que en 1998 quebró un fondo, el LTCM, y se pudo actuar salvando a las entidades afectadas por la quiebra. Sin embargo, ahora después de mes y medio, no se sabe dónde está la pérdida y por lo que parece se encuentra más diversificada que entonces.

¿Qué repercusiones puede tener esta situación?

Va a tener un efecto en la economía real. En Estados Unidos ya han comenzado los despidos, que casi rondan los 50.000 empleados. Si la locomotora del mundo se ralentiza tendrá un efecto dominó en el resto de los países. En Europa las previsiones ya han cambiado. Antes se pensaba que 2007 iba a ser un año de transición para la región y que el próximo ejercicio sería mejor. Sin embargo, ahora se plantea que éste puede ser el ejercicio con un pico más alto y que la economía podría frenarse en 2008.

¿En qué momento puede desaparecer esta incertidumbre?

Cuando el mercado conozca el impacto real de la crisis. Esta semana empieza la publicación de resultados con los bancos de inversión y creo que serán decisivos. Por otra parte, los bancos centrales lo que han hecho es pedir a las entidades sus cuentas para saber el importe y vér cómo se puede atajar.

¿Cree que se ha producido una revaluación de los riesgos y que antes se habían minusvalorado?

El riesgo no es una cosa estática. Todo depende de la situación económica. Por ejemplo, una persona que tenga una probabilidad de impago media se puede beneficiar en época de bonanza, pero en una crisis le pasará al contrario. Normalmente, en las crisis se entra a toda velocidad, pero se sale muy lentamente.

¿Tenemos que asumir que las crisis van a seguir apareciendo?

Sí. Siempre recomiendo el libro Breve historia de la euforia financiera, de Galbraith, que explica muy bien las reacciones a las crisis. Somos humanos y, por eso, impredecibles. En economía las decisiones que se toman no tienen una reacción inmediata, sino que dependerá de la demanda y oferta. Estos lapsus de tiempo provocan que no casen bien los agentes económicos. Toda crisis se crea porque estalla una burbuja y ahora parece que es la inmobiliaria. Aunque cada vez aprendemos más de estas situaciones, inventamos nuevos riesgos.

Ahora se achaca la culpa de esta situación a los hedge funds y a los CDOs -deuda vinculada a otros productos financieros-. ¿Realmente la tienen?

No. El problema es que la gente que compra desconoce los productos que adquiere. Hay un desconocimiento del riesgo. Es importante saber que si se adquieren acciones, no siempre suben. Igual pasa con un fondo de renta fija: el inversor tendrá un cupón fijo, pero el precio es variable y puede caer. El riesgo es imposible de eliminar; hay que conocerlo y ponerle precio, controlarlo para que no sea azar.

Ante este panorama, ¿qué recomienda al inversor?

Aunque va a seguir la volatilidad, hay grandes oportunidades en el mercado. Cualquier empresa sólida, con grandes rentabilidades por dividendo y buenos resultados sería atractiva a medio plazo. En Europa, se encuentran las aseguradoras y las telecomunicaciones, a pesar de las alzas de las últimas semanas. Pero hay que considerar que el momento actual es muy delicado para invertir. Creemos que el Eurostoxx tiene un soporte en los 3.900 y el Ibex en los 12.700 puntos.

Sin embargo, atendiendo a los fundamentales dentro del índice Ibex 35, uno de los sectores con más potencial es el constructor. ¿Qué aconseja?

Depende, porque algunas constructoras ahora son holdings industriales. Y esto es la pescadilla que se muerde la cola: la empresa cae en bolsa, caen sus activos y crece su deuda. Además, es un sector con interrogantes en España, que aunque ha desinvertido en el área inmobiliaria, algunas empresas siguen dependiendo de él. La gran pregunta de los gestores internacionales es cómo se ponen cortos -especular a la baja con las acciones- en las inmobiliarias españolas.

¿Se pueden dar por aparcadas las fusiones y adquisiciones?

La prima corporativa tiene que disminuir o desaparecer, porque los requisitos para endeudarse serán más fuertes. Cuando se compra una empresa, se paga una prima bien porque se pretende reestructurar operativamente, bien porque se pueda apalancar financieramente. Pero esta última opción cada vez es más difícil.

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