Bolsa, mercados y cotizaciones

Ojo al exceso de pesimismo tras pasarse con el optimismo

Resulta siempre fascinante cómo un cambio de consenso nunca se hace de manera lineal sino a saltos sucesivos tras la publicación de datos que van en el sentido del cambio. El último ejemplo lo tuvimos el viernes con la caída del empleo americano. ¿Qué contiene el dato que no supiéramos antes?

El mal dato no ha hecho más que aumentar la probabilidad de una recesión en Estados Unidos en los próximos meses. Esto no significa que haya llegado el fin del mundo y por lo tanto el inversor debe evitar la tentación de caer en el exceso de pesimismo tras haber caído en el optimismo prematuro.

Nosotros, ni antes del dato veíamos todo blanco ni después lo vemos todo negro. Que crezca la probabilidad de una recesión es algo esperado por el propio mercado pero no es suficiente para confirmar un escenario bajista en tendencia. Sabemos que pronto llegará el séptimo de caballería de Bernanke, tal como llegó Greenspan al rescate de la bolsa en el 1998.

Las dudas no giran en torno a si la Fed bajará los tipos 'mucho' o 'poco'. Se trata ahora de saber si el 'dinero barato' salvará, primero, la confianza de los bancos y, luego, la de las familias americanas, cuál será la capacidad de daño colateral que tendrá Estados Unidos sobre el crecimiento mundial y, finalmente, hasta qué punto la crisis en Estados Unidos puede nutrir el miedo en Europa. Pocas evidencias apuntan ahora a una crisis global. Pero desconocemos cuál será el paisaje dentro de 3-6 meses y dudamos mucho de que alguien lo sepa, sea la Fed, el FMI, Goldman Sachs o el BCE. Por eso la sola actitud que vale en estos tiempos de incertidumbres es escuchar al mercado y descifrar el código de sus expectativas.

Es el propio mercado el que nos dirá si el riesgo de caer en deflación ha crecido tanto como para que el inversor tenga que valorarlo plenamente en la gestión de su cartera. Romper los mínimos de finales de agosto en los grandes índices de referencia nos mandaría una primera y seria advertencia. Ceder los mínimos del 16 de agosto sería la estocada del oso al toro. Mientras no perdamos dichos niveles, se mantendrá el debate en forma de un mercado en lateral.

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