Bolsa, mercados y cotizaciones

Toca cambiar defensivos por ofensivos

Los expertos coinciden: para arañar rentabilidad a la cartera en 2011 hay que arriesgarse y olvidarse del mercado de bonos. Los analistas parece que así lo han hecho y por ello han cambiado el pesimismo por el optimismo económico, sobre todo en los mercados emergentes.

E incluso empiezan a hablar ya de inflación. Con este contexto bajo el brazo, tienen claro dónde ven oportunidades de inversión y las materias primas y la bolsa son las que copan la mayor parte de las quinielas.

Sin embargo, ni todas las materias primas saldrán vencedoras el año que viene ni todas las acciones cerraran 2011 con una revalorización en sus títulos. Hay que seleccionar. No queda otra. Si el año pasado los analistas recomendaban a sus inversores contratar una buena defensa para evitar las embestidas de los mercados (hay que recordar que a finales de 2009 arrancó en Grecia la crisis de la deuda de la eurozona que aún hoy no se ha olvidado); ahora la recomendación es completamente diferente: hay que contratar delanteros que permitan beneficiarse de esa recuperación económica que tanto se defiende.

Así, la recomendación más generalizada es evitar los sectores más defensivos, como el de las utilities y el farmacéutico, y centrarse en aquellos más ligados a un ciclo económico en recuperación como es el industrial, el de mineras o el energético. También el sector de las telecomunicaciones tiene importantes defensores ya que, de mantenerse la extraordinaria actividad de fusiones y adquisiciones, sería uno de los que saldría más beneficiado.

La importancia de los emergentes

Si hay algo en lo que coinciden todos los analistas es en que los mercados emergentes volverán a ser en 2011 los que acumulen las mayores revalorizaciones. La razón es sencilla: son los únicos que no ofrecen ninguna duda en cuanto a su crecimiento económico y se espera que sigan concentrando fuertes entradas de flujos de dinero de inversores, sobre todo si persisten las dudas sobre el mercado europeo o si el fantasma de la deflación vuelve a amenazar a la economía estadounidense.

Por ello, la recomendación general es acudir a compañías de sectores muy ligados a estos mercados en desarrollo. Y en ese grupo sectores como el de mineras, petroleras o consumo (desde Credit Suisse inciden en el potencial que ofrecen sobre todo las compañías de consumo de lujo) son los que tienen a priori todas las de ganar. "Esperamos que las bolsas ganen un 10 por ciento a nivel global y que las emergentes lo hagan mejor, aunque también asuman más riesgo", afirman en ING Investment Management.

Jugando a las divisas

Es la gran incógnita: quién ganará la guerra de divisas que han librado este año todos los países con el objetivo, en la mayoría de los casos, de ganar competitividad frente al resto. Aunque éste es uno de los mercados en los que es más complicado realizar previsiones (hay que tener en cuenta que las divisas se aprecian o deprecian contra otra por lo que hay que acertar con el par), la opinión generalizada es que el dólar se apreciará en su cruce contra el euro. "Creemos que los miedos sobre el sector financiero y la eurozona pesarán en el euro el año que viene y que el mercado se olvidará de las medidas cuantitativas de la Fed-QE1 y QE2-", aseguran en Morgan Stanley.

Una idea que también defienden los gestores. Así, el 36 por ciento de los gestores encuestados por Bank of America-Merrill Lynch cree que el dólar se apreciará en 2011 y un 18 por ciento ve a la moneda única como la que más se depreciará en el próximo año.

De cumplirse estas estimaciones, serían sectores como el de materiales, inmobiliario (siempre evitando el caso español) o el de energía los que saldrían ganando. Éste último es precisamente el que más sobreponderado está en las carteras de gestores, sustituyendo al tecnológico, que hasta noviembre era el favorito de los inversores institucionales.

¿Es el momento de los bancos?

Es la pregunta del millón. Y la respuesta está clara: depende del mercado en el que se encuentren. En España, por ejemplo, los bancos son los que acumulan las mayores pérdidas este año y en el resto de Europa la fotografía es muy parecida. Las dudas sobre la deuda gubernamental de muchos países de la periferia europea influyen muy negativamente en este sector, ya que los bancos con los que mayor porcentaje de deuda gubernamental acumulan en sus balances. Además, los cambios regulatorios de Basilea III también pueden terminar incidiendo negativamente en los inversores. Por tanto, si, como la mayoría de los analistas defiende, persiste la crisis de la deuda europea, los bancos no serían la mejor opción a tener en cartera, al menos para quien piensa a corto plazo.

"En 2011 persistirán grandes riesgos políticos, como consecuencia de la escalada de la crisis del riesgo soberano y la finalización prematura de la QE2", aseguran en Generali.

Muy diferente es la situación que se vive este sector en el resto de países. Sobre todo si éstos llevan el sobrenombre de emergentes. El previsible aumento de la demanda y el consumo interno, en estas economías lleva a algunos expertos a plantearse la posibilidad de invertir en bancos que puedan aprovecharse de ese tirón, ya sean emergentes o con alta exposición a ellos. "Bancos que estén en mercados poco conocidos como Indonesia e India van a atraer capitales extranjeros que busquen beneficiarse del tirón de su consumo", afirman en la gestora Threadneedle.

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