¿Llega la calma a los mercados tras la tormenta? Desde Japón hasta Estados Unidos, pasadando por Europa, las empresas se mostraban aliviadas después de la cautela que ha envuelto a la economía mundial desde que estalló la crisis crediticia. Mientras tanto, los inversores no quitan el ojo a la Reserva Federal y el Banco Central Europeo.
Las primeras señales de confianza llegaban desde Japón. Sony informaba de que su unidad financiera comenzará a cotizar en la Bolsa de Tokio a partir del próximo mes, donde pretende recaudar hasta 361.000 millones de yenes (3.000 millones de dólares) en la mayor oferta pública de acciones (opv) de este año en el país.
El mercado especulaba con que Sony podría retrasar el lanzamiento debido a la agitación del mercado, en momentos en que los bancos de todo el mundo calculan su exposición al masivo incumplimiento de créditos hipotecarios de alto riesgo de Estados Unidos.
Pero esta no ha ido la única nmoticia que ha animado a los inversores nipones. Un sondeo del diario de negocios japonés Nikkei evidenciaba que los bancos del país tienen una exposición directa relativamente limitada en la crisis. Los 109 bancos regionales japoneses calculan en conjunto cerca de 5.400 millones de yenes (47 millones de dólares) en pérdidas por productos ligados a préstamos de alto riesgo de Estados Unidos.
Y las pérdidas combinadas que hasta al momento han sido reveladas por los ocho mayores bancos de Japón se han limitado a los 20.000 millones de yenes, según ha informado el rotativo.
Los afectados europeos
El siguiente mensaje de tranquilidad llegaba desde Alemania, el país europeo más golpeado por la crisis. Deutsche Bank, el primer banco germano, se ha mostrado optimista respecto del actual trimestre y ha señalado que veía síntomas de que el mercado se estaba estabilizando.
El presidente ejecutivo del Deutsche Bank, Josef Ackermann, ha admitido en una conferencia bancaria que las violentas condiciones del mercado habían golpeado a su banco en agosto, pero ha desvelado que se siente "optimista respecto al ambiente para las instituciones financieras a nivel global".
En Estados Unidos, la prestamista estadounidense Thornburg, que se vio forzada a vender más del 35 por ciento de sus activos y a reducir créditos para reducir los riesgos, ha dado una de las buenas noticias del día. Ha informado de que había completado la securitización de un crédito híbrido de 1.400 millones de dólares, que le ayudará a impulsar el ritmo de sus préstamos.
Wall Street también se ha desperatado con el interés de algunos inversores en pesacar en el río revuelto de las . La firma Istithmar del Gobierno de Dubai ha reconocido que estaba analizando la compra de dos empresas estadounidenses afectadas por su exposición a los créditos de alto riesgo.
Los problemas de liquidez persisten
A pesar de los comentarios cada vez más optimistas de bancos y las compañías, los problemas de liquidez persisten en los mercados monetarios. La tasa interbancaria ofrecida en Londres para los depósitos en libras esterlinas alcanzó hoy un máximo de ocho años y medio. A su vez, las tasas en dólares para el mismo período llegaron a un máximo de seis años y medio, lo que refleja la fuerte y consistente demanda de efectivo por parte de los bancos.
Los analistas explicaron que los mercados financieros no viven mayores temblores sólo gracias a las fuertes expectativas de un recorte de las tasas de interés en Estados Unidos en el futuro cercano.
El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aseguró la semana pasada a los inversores que tomaría los pasos necesarios para resguardar a la economía de la crisis crediticia global. Pero también aclaró que el banco central no ayudaría a los inversores que han cometido errores. Sus comentarios reforzaron la esperanza de que la Fed recorte en un cuarto de punto las tasas de interés en su próxima reunión del 18 de septiembre.
En Europa, se espera que el Banco Central Europeo (BCE) mantenga el jueves las tasas en el 4 por ciento debido a la incertidumbre por las condiciones de mercado. Pero hace unas semanas, se consideraba que el alza de las tasas era una certeza.