
El aumento del precio del dinero, el segundo realizado en dos meses, sitúa los tipos en el 5,81% El Gobierno modera los objetivos para 2011 del PIB, hasta el 8%, y de la inflación, hasta el 4%
El crecimiento desorbitado de China sigue siendo una de las grandes preocupaciones de sus autoridades. Tras poner en marcha varias medidas y no obtener los resultados deseados, el Banco Central ha decidido elevar los tipos de interés en un cuarto de punto, desde el 5,56 por ciento hasta el actual 5,81%.
Se trata de la segunda subida que hace el órgano regulador en dos meses con el objetivo de seguir batallando con la que se ha convertido en una de sus recientes obsesiones: enfriar el crecimiento y controlar la pronunciada inflación del país.
La medida ha sido acometida después de que el último dato conocido sobre el Índice de Precios de Consumo (IPC) se situara en noviembre en el 5,1 por ciento, su nivel más elevado de los últimos 28 meses y muy alejado de las previsiones realizadas por el país asiático, que esperaba para 2010 una inflación de sólo el 3%.
Una situación a vigilar, que los analistas ya venían poniendo en alerta desde hacía tiempo. Es más, en las últimas semanas han advertido, incluso, de que la aceleración inflacionaria podría ser más pronunciada para diciembre e, incluso, para el mes de enero. Pero, además, la subida de tipos está encaminada a frenar el crecimiento de un país que en los primeros nueve meses se ha movido en niveles próximos al 10%.
Las estimaciones apuntan a que el crecimiento del PIB puede enfriarse a un ritmo de aumento, más moderado, de en torno al 8%. El alza de tipos también trata de poner un poco de calma ante las presiones que estaba recibiendo China de la comunidad internacional para que apreciara su moneda, el yuan, y suavizara las tensiones que rodean la guerra de divisas. La vicegobernadora del banco central, Hu Xiaolian, ha afirmado que China pone su oferta de dinero a un nivel normal para centrar los esfuerzos en evitar el recalentamiento de la economía.
Momento clave
La subida de tipos se produce en un escenario ante todo preocupante, donde la crisis de deuda pública de la eurozona y la lentitud de la recuperación económica de Estados Unidos ha llevado a la Reserva Federal a inyectar dinero para dar señales de una mayor flexibilización de su política monetaria.
Esto ha provocado una huida de capitales hacia China para buscar mayores rendimientos, lo que complica la intención del Ejecutivo asiático de "mantener la inflación bajo control", tal y como asegura Wang Qing, economista de China para Morgan Stanley.
Según el primer ministro chino, Wen Jiabao, los pasos tomados en el último mes, incluidos los controles abiertos de los precios para detener la especulación y la rigidez monetaria, ya han comenzado a producir resultados.
"Hemos aumentado el porcentaje de exigencias de reservas en seis oportunidades consecutivas y elevado dos veces las tasas de interés para absorber el exceso de liquidez en el mercado y para mantenerlo en un nivel razonable para apoyar el desarrollo económico", explicó.
A pesar de este optimismo inicial, las previsiones del Gobierno chino ya reflejan en la actualidad cierto pesimismo. Para 2011 esperan que el crecimiento del PIB se mantenga en el 8% y que el margen de la inflación se sitúe hasta el 4%.