El Tesoro Público inauguró el año 2010 el 12 de enero con una subasta de letras a tres y seis meses, que salieron al mercado con una rentabilidad media del 0,37 y del 0,46 por ciento, respectivamente. Hoy ha celebrado la última. Ha colocado las emisiones a tres meses con una rentabilidad del 1,807% y las de seis, con un rendimiento del 2,597%.
Cosas del destino, hoy el Tesoro ha finalizado su actividad emisora de este ejercicio con otra adjudicación de títulos a tres y seis meses, con la que ha captado 3.877 millones de euros.
Entre una y otra operación no sólo hay 11 meses de distancia. Hay mucho más. En concreto, una crisis de deuda pública cuyo impacto en España ha consistido en un sustancial incremento de los costes de financiación por los altos rendimientos exigidos por los inversores para comprar papel español. Hoy, y tras la evolución vista en el mercado desde la operación de noviembre, el rendimiento de las letras a un trimestre ha rondado el 2 por ciento y el de los títulos a seis meses ha superado el 2,5 por ciento. Es decir, unos intereses que multiplica por cuatro los abonados en enero y que han supuesto un encarecimiento de entre un 3,5 y un 23 por ciento con respecto a la emisión del mes pasado.
Menor intervención
La persistencia de las tensiones en la deuda de los denominados países periféricos de la zona euro no alteró el pulso del Banco Central Europeo (BCE), que durante la última semana sólo dedicó 603 millones a la compra de deuda pública. Se trata de la cifra más baja desde octubre y tuvo lugar después de una semana en la que había adquirido deuda por valor de 2.666 millones.
Tras esta última batida, la institución presidida por Jean-Claude Trichet ha destinado un total de 72.000 millones de euros a la adquisición de bonos europeos desde mayo.