
Washington, 16 dic (EFE).- El secretario del Tesoro de EE.UU., Timothy Geithner, defendió hoy el rescate financiero de 700.000 millones de dólares y destacó que sus "costes finales serán una fracción" de este monto, gracias al "éxito" del programa iniciado hace dos años.
El Programa de Alivio de Activos Depreciados (TARP, por su sigla en inglés) fue aprobado por el Congreso en 2008 y promulgado por el entonces presidente George W. Bush para inyectar capital a las entidades financieras cuya solvencia estaba en peligro por su exposición a activos "tóxicos", como las hipotecas de alto riesgo.
En ese sentido, en su quinta comparecencia ante el Congreso, Geithner dijo hoy que "los programas de inversión bajo el TARP, incluidos los bancos, la aseguradora AIG o la industria de vehículos automotores, probablemente acaben dado un retorno positivo a los contribuyentes".
El rescate financiero "se situará como uno de los programas de respuesta a una crisis más efectivos de los puestos en marcha", afirmó Geithner ante un Panel de Supervisión del Congreso.
La Oficina de Presupuestos del Congreso reveló en un informe publicado el pasado mes que el programa de rescate costaría a los contribuyentes 25.000 millones de dólares.
El Secretario del Tesoro valoró positivamente los 18 meses de crecimiento positivo de la economía estadounidense, tras salir de la recesión en julio de 2009, y que calificó de "progreso sustancial".
No obstante, Geithner reconoció que todavía persisten problemas significativos porque "aún estamos viviendo en la cicatriz de la crisis" y se mostró especialmente preocupado por la "debilidad del mercado inmobiliario" en Estados Unidos.
Por ello, explicó, gran parte las costes que genere el TARP vendrán de los programas de ayuda hipotecaria, valorados en cerca de 75.000 millones de dólares, con el que se permitiría refinanciar sus hipotecas a millones de hogares o bajar sus tasas de interés.
Con estos programas de prevención de ejecuciones hipotecarias, el Gobierno de EE.UU. buscaba ayudar a entre tres y cuatro millones de familias que no podían hacer frente al pago de las hipotecas.
Sin embargo, el informe del Congreso reveló la ineficacia del plan del Gobierno de EE.UU. para las ayudas hipotecarias, que había fracasado, ya que sólo había alcanzado a 800.000 familias.
El Departamento del Tesoro ha inyectado en los dos agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac, intervenidas en 2008, cerca de 148.000 millones de dólares, y el Gobierno ha estado comprando desde entonces acciones respaldadas por hipotecas emitidas por ambas compañías para reducir las tasas de interés.
"La parte más peligrosa de esta tormenta ha pasado, pero el mercado inmobiliario permanece débil", dijo Geithner, quien agregó que el Gobierno del presidente Barack Obama trata de alargar los programas de ayudas a hipotecados -algunos expiraban en octubre- para aquellas personas desempleadas.
El desempleo es uno de los principales quebraderos de cabeza del Gobierno de EE.UU., puesto que, aunque la economía ha retornado al crecimiento, no genera puestos de trabajo para compensar la pérdida de más de 8 millones de empleos durante la recesión. La tasa de desempleo se situó en noviembre en 9,8 por ciento.
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