
Fitch se ha unido a la mala percepción sobre el sector financiero de nuestro país de Moody's. La agencia de calificación rebajó ayer la nota de calidad crediticia de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) a A+ con perspectiva "negativa".Y todo ello cuando se habla de que el futuro de las cajas está en su salida a bolsa.
La principal preocupación de Fitch es la bajada de la actividad de esta organización por el proceso de concentración del sector, que está mermando el número de entidades y las está dotando de mayor dimensión.
Su futuro...¿está en la bolsa?
La reestructuración de las cajas es una de las tareas pendientes de la economía española. Y cada vez son más las voces que aluden a ello. El último ha sido Antonio Zoido, presidente de Bolsas y Mercados Españoles, quien reconoció durante el tradicional almuerzo de fin de año que "el futuro de las cajas de ahorros está en la bolsa
porque puede contribuir a revitalizarlas, primando su liquidez, y a someterse a la disciplina y reputación que da el hecho de cotizar".
La crisis financiera se ha cebado con las cajas por su excesiva exposición al ladrillo, lo que las ha llevado a perder cerca de un 80% de su valor durante la crisis. La salida al parqué es para las cajas la solución perfecta ante las dificultades que tienen para dotarse de capital.
Éstas pueden dotarse de capital igual que un banco, con la limitación de que las cajas no emiten acciones sino cuotas participativas, que es un título sin derechos políticos, es decir, que no tienen voto. Según fuentes del mercado, la banca de inversión espera la colocación de tres SIP en 2011.
El SIP (Sistema Integrales de Protección) es un mecanismo por el que las cajas compartes riesgos y por el que adquieren una estructura similar a la de los bancos.
Inconvenientes del momento
El salto al parqué, no obstante, no sería tarea fácil. En el pasado mes de mayo, un estudio realizado por elEconomista ya advertía que el sector debería cotizar a unos ratios más bajos que la banca mediana por los problemas intrínsecos que tiene.
Su excesiva exposición a la economía española, su menor diversificación geográfica y de la cartera de préstamos, su diferencia de morosidad y de gestión son algunas de ellas que llevan a revisar, por ejemplo, el PER -número de veces en que el beneficio está recogido en el precio de la acción- a la baja.
A pesar de que parte de los expertos aseguraban entonces que si las cajas salían a cotizar habría que analizar cada caso por separado por las diferencias de gestión y tamaño, para la mayoría un posible referente sería el PER del sector, concretamente el de la banca mediana puesto que su ámbito de actuación también es el español. En estos momentos el PER medio al que cotizan los bancos medianos (Sabadell, Bankinter, Popular y Banesto) es de 10,1 veces.
Antonio Zoido reiteró además el atractivo del mercado español, ya que cotiza a un PER de 10,5 veces y ofrece una rentabilidad por dividendo media del 5,5 por ciento. Unos ratios interesantes que han sabido valorar los inversores extranjeros. Según el presidente de BME, éstos ya son propietarios del 40% del valor de las compañías españolas. Un buen dato a pesar de las grandes caídas que acumulan algunos valores, como los bancos, por las dudas sobre la solvencia del país.
"El castigo sufrido en bolsa por las entidades en 2010 está siendo muy superior al que los datos de la evolución de sus negocios justificarían" y a pesar de haber superado, sin recibir ayudas de dinero público, con más holgura que algunos competidores europeos las pruebas de estrés publicadas el pasado 23 de julio.