Madrid, 5 dic (EFE).- Cientos de pasajeros hacen cola esta mañana en el aeropuerto de Barajas a la espera de poder volar tras sufrir cancelaciones ayer o el viernes, donde se han mostrado satisfechos por la decisión del Gobierno de obligar a los controladores a trabajar, pero han criticando que la misma no se tomara antes.
Las cancelaciones de vuelos que se registraron el pasado viernes y ayer debido a falta de controladores en sus puestos de trabajo sigue afectando hoy a cientos de pasajeros, que esperan para volar a sus destinos o para que les devuelvan el importe de sus billetes tras decidir suspender su viaje.
Las colas son especialmente largas en las oficinas de atención al cliente de las compañías, en las que los pasajeros explican su situación y exigen soluciones que no siempre llegan.
El tiempo de espera para ser atendidos les sirve para criticar a los controladores, que en su opinión integran un colectivo "privilegiado" e "insolidario" al que "no puede salirle gratis lo que ha hecho".
Entre los afectados por el paro de los controladores está un grupo de nueve vitorianos que tenía que viajar ayer a mediodía a Nueva York, pero ni lo ha hecho ni sabe cuándo lo hará, lo que ha propiciado que uno de ellos haya cancelado hoy su viaje.
Los otros ocho esperan volar esta tarde, tras "estar dando tumbos todo el día de ayer" y tener que pagarse, además de las comidas, una noche en un hotel en Madrid, que les costó encontrar porque casi todo estaba ocupado debido a la huelga.
Si en las próximas horas no les confirman que volarán hoy cancelarán su viaje y volverán a reclamar ante American Airlines e Iberia, con la intención de que les devuelvan el dinero y les indemnicen.
Este grupo ha valorado que el Gobierno decretara ayer el estado de alarma para obligar a los controladores a ocupar sus puestos de trabajo, aunque ha lamentado "que no se haya hecho antes y no se haya tenido mano dura previamente".
"Tenían que haberles plantado cara antes, porque se veía venir lo que podía ocurrir", han coincidido, y han criticado que "los controladores se crean una casta superior y no atiendan sus responsabilidades" y que "al final probablemente no les vayan a hacer nada".
Un pasajero que tenía que haber viajado ayer a Colombia y que hoy esperaba para facturar "por fin", ha sostenido que "las medidas se tenían que haber tomado antes, porque el Estado sabía lo que podía pasar", y la final "se ha puesto un paño de agua tibia sobre la herida".
Los 1.066 vuelos previstos para hoy en Barajas, tras la reorganización llevada a cabo ayer por las compañías, están partiendo con normalidad, a excepción de algunos retrasos.
Entre las anécdotas que se han vivido en el aeropuerto está el uso por parte de los afectados más cansados de los adornos de Navidad que ha puesto AENA en el techo de la T4, grandes cartones rojos con forma de regalos, abetos y estrellas, a modo de "colchón".
Los trabajadores de las tiendas que hay en la zona de salidas de la T4 han agradecido hoy "la relativa vuelta a la tranquilidad", después de una jornada ayer que también fue "complicada" para ellos, ya que por un lado tuvieron que atender a "una avalancha" de personas en la zona de facturación, y por otra perdieron dinero porque los locales que tienen en la zona de embarque estuvieron cerrados.
Las cafeterías de la empresa Raesa dejaron de ingresar buena parte de los previsto por el mismo motivo.
Las dependientas del local de estética y Spa que hay junto a los mostradores de facturación de la T4 han relatado a Efe que algunas personas se ducharon en el mismo tras llevar horas en el aeropuerto y no saber cuándo volarían o volverían a sus casas.
La vendedora de la ONCE ha explicado que ayer vendió muchos más cupones de lo normal, ya que había gente que al deambular por la terminal y ver el puesto se animaba a probar suerte "para ver si podía comprarse otras vacaciones más afortunadas".
