El Ibex 35 consigue anotarse un avance del 2,8% y el euro, por su parte, se aprecia hasta los 1,32 dólares
El mercado no las tenía todas consigo. Y con razón. "La sombra del error de julio de 2008 estaba presente", expone Pablo Guijarro, de AFI. ¿Qué ocurrió entonces? Que el Banco Central Europeo (BCE), en plena tormenta financiera y apenas dos meses antes de la quiebra de Lehman Brothers, tensó más la situación con una inexplicable subida de los tipos de interés. Los condujo del 4 al 4,25 por ciento.
Este precedente resonaba ayer en la cabeza de los inversores. ¿Volvería a repetirse la historia? ¿Se mostraría de nuevo el BCE insensible, esta vez con la crisis de la deuda soberana como telón de fondo?
Los primeros compases de la comparecencia del presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, fueron prometedores. Los bancos seguirán disfrutando de la barra libre de liquidez durante el primer trimestre de 2011. La decepción vino luego. Pese a las presiones de economistas y políticos, el BCE no modificó su programa de compras de deuda pública. "El plan de adquisiciones continúa", se limitó a decir Trichet al respecto. Ni las presiones de economistas y políticos ni el retorno de la tensión a la deuda periférica alteraron el pulso comprador de la institución. Y el mercado se sintió defraudado. "Era imperativo que el BCE hubiera anunciado hoy -por ayer- un programa de compra de bonos periféricos importante, al estilo de la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra. Para empezar a tener algo de efectividad el BCE debería haber planteado un importe de compra de, al menos, 200.000 millones en deuda periférica", reivindican desde Unicorp.
Sin novedades al respecto, la decepción se convirtió en unas ventas vertiginosas. El Ibex 35, que subía un 1,7 por ciento antes de que Trichet iniciara su intervención a las 14.30 horas, pasó a caer un 1,3 por ciento 32 minutos después. Lo mismo le pasó al euro. Fortalecido en su cambio con el billete verde hasta los 1,317 dólares, se desinfló hasta los 1,303 a las 15 horas.
Adiós al rebote, pensaron los inversores. Pero no. Aún hubo tiempo para la reacción. Sobre todo, por los rumores que se fueron propagando de que el BCE se había paseado por el mercado para comprar deuda irlandesa y portuguesa. Así, el Ibex volvió a terreno positivo a las 15.15 horas y luego cerró con una subida del 2,78 por ciento, hasta los 9.947,6 puntos, con lo que acumula una revalorización del 7,3 por ciento en dos sesiones. También respondió el euro, que se apreció hasta los 1,32 dólares.