
Los elevados rendimientos ofrecidas por la deuda de los países periféricos tiene un doble perjuicio. Por un lado, el esfuerzo financiero cada vez mayor que tienen que hacer dichos países para cubrir los intereses y, por otro, el atractivo decreciente de otras emisiones menos rentables. Hoy, Alemania y Portugal han ejemplificado la situación.
Así, el Tesoro portugués ha logrado cerrar la colocación de 500 millones de euros en letras a doce meses. Pero ha tenido que pagar un precio más elevado por ello. En concreto, el interés se situó en el 5,281%, lo que supone un incremento de prácticamente el 10% respecto al 4,813% ofrecido en una subasta similar hace sólo dos semanas, y casi seis veces más del coste asumido el pasado mes de enero.
Claro que el incremento de la rentabilidad exigido por los inversores se refleja en la demanda: el ratio de cobertura de la colocación efectuada por el Instituto de Gestión de la Tesorería y el Crédito Público de Portugal se situó en 2,5, frente al 1,8 de noviembre.
Ayer, Standard & Poor's ha colocado el rating de la deuda a largo plazo de Portugal en vigilancia negativa, lo implica la posible rebaja de la nota de solvencia del país luso en un plazo de tres meses.
La baja rentabilidad alemana
Del otro lado se coloca Alemania. Su deuda se considera tan segura que se utiliza como referencia en el Viejo Continente a la hora de medir la rentabilidad. En medio de las turbulencias de los periféricos y la crisis de la zona euro, sus bonos a diez años se han mantenido alrededor del 2%, mientras que los de sus vecinos Grecia alcanzaban el 11%, por ejemplo.
Pero esta baja rentabilidad le está perjudicando. Hoy, el Gobierno germano se ha encontrado con que los inversores no han cubierto su emisión de obligaciones a cinco años.
La Agencia Financiera alemana, que emite y gestiona la deuda soberana del país, recibió una demanda de 4.550 millones de euros, frente a los 5.000 millones de euros que pretendía lograr. Finalmente, la Agencia vendió esos títulos a cinco años por 4.130 millones de euros, con un interés medio de 1,73%.
La semana pasada, en una emisión de obligaciones a diez años, se produjo la misma situación, por la extrema tensión en torno a Irlanda, que la UE y el FMI aceptaron rescatar el domingo pasado. Pero de las 70 emisiones de obligaciones efectuadas este año, es la quinta en la que la demanda es inferior a la oferta.