CHETUMAL, México (Reuters) - El huracán Dean atravesaba con fuertes vientos y lluvias torrenciales la Península de Yucatán rumbo a las instalaciones petroleras del Golfo de México, mientras las autoridades evacuaban a los pobladores en el camino de la tormenta.
En Chetumal, en el Caribe mexicano y muy cerca de donde aterrizó el ojo de la tormenta de madrugada, las calles estaban inundadas y la circulación se complicaba por los árboles caídos, basura y láminas que habían sido arrancadas de viviendas humildes.
El huracán seguía avanzando rápido, a 30 kilómetros por hora pero había bajado sus vientos a 140 kilómetros por hora.
"El viento aporreaba las ventanas (del hotel) pero sólo fue el impacto del viento, en la madrugada ya no se sintió más", dijo Linda Sykes, de 21 años, en un hotel de Cancún una vez que la tormenta se alejó.
El presidente mexicano, Felipe Calderón, partió el martes por la tarde a Chetumal tras concluir anticipadamente la Cumbre de líderes de América del Norte en Canadá y acortar una gira a ese país para supervisar los operativos de emergencia.
La llegada de Dean tuvo en vilo en los últimos días a la zona turística del Caribe mexicano, que todavía tiene fresco el recuerdo de Wilma, que arrasó Cancún y otros centros tragándose playas enteras, matando a siete personas y causando daños por 2,600 millones de dólares.
/Por Manuel Carrillo/.*.
