Bolsa, mercados y cotizaciones

Nuevo aviso a los periféricos: financiación sí, pero no a cualquier precio

España, Irlanda y Grecia han pulsado hoy su credibilidad en los mercados con nuevas emisiones de deuda pública. Y los resultados ofrecen pocas dudas: los inversores están dispuestos a comprar sus títulos... pero siempre que los intereses sean lo suficientemente atractivos.

Este peaje ha cobrado una dimensión especial en el caso español. Sí, el Tesoro Público ha apurado al máximo la horquilla fijada, puesto que ha captado 7.000 millones de euros, pero ha recibido un mensaje muy claro a través del encarecimiento de la emisión con respecto a la realizada en agosto. Una cosa es que la desconfianza en torno a la deuda española se haya moderado en los tres últimos meses y otra muy distinta que los inversores vayan a dejar de exigir a España una prima por colocar su papel.

Esta es la respuesta que se ha encontrado el Tesoro, que hoy había redoblado su apuesta al incrementar la cantidad que pretendía captar, que ha crecido finalmente en 1.500 millones de euros -un 27% más- con respecto a agosto. Este paso adicional, esta aceleración financiadora se ha visto correspondida por la exigencia de una mayor rentabilidad por parte de los inversores. Una menor ambición por parte del organismo emisor posiblemente hubiera abaratado la emisión, tal como venía ocurriendo desde finales de julio. Pero el Estado necesita financiación y los inversores, que lo saben, no dejarán pasar la oportunidad de obtener rendimientos atractivos.

Duplica la rentabilidad de 2009

Junto al incremento de la cantidad emitida, el Tesoro se ha encontrado con las colocaciones que también han llevado a cabo Irlanda y Grecia, una coincidencia que ha podido influir en la demanda y las exigencias del mercado con respecto a la subasta española. Sobre todo, por la tensión existente en las últimas sesiones en torno a Irlanda, reflejada hoy en el abultado encarecimiento de su emisión de bonos.

Ahora bien, el corolario de la confluencia de subastas debe pasar también por la reválida del tiempo, una comparación que arroja una cifra de lo más realista para la deuda española. Hace un año, las letras a 12 meses salieron al mercado con un rendimiento medio del 0,71%, casi tres veces menos que el 1,91% abonado hoy.

España, por tanto, tiene las puertas del mercado abiertas. Pero traspasarlas requiere el pago de una elevada entrada. Es lo que tiene que la prima de riesgo, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, haya repuntado de los 59 a los 171 puntos básicos -ó 1,71 puntos porcentuales- en lo que va de año.

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