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La caída del dólar lleva al oro a máximos históricos

El retroceso de la moneda estadounidense, que se encuentra en mínimos contra el yen desde 1995, impulsa al metal precioso, que ha llegado a superar los 1.270 dólares.

Richard Nixon se ganó un sitio destacado en la historia durante los años en los que ocupó la presidencia de Estados Unidos. Uno de los momentos que dejó para el recuerdo ocurrió el 15 de agosto de 1971. Ese día emitió un comunicado que quedaría grabado para la posteridad. "Debemos defender al dólar contra los especuladores. Hemos decidido suspender temporalmente la convertibilidad del dólar en oro u otros activos de reserva", proclamó. Esas palabras no sólo sentenciaron a muerte el orden financiero mundial edificado en los Acuerdos de Bretton Woods de 1944. También inauguraron una nueva era en los mercados. El oro, que hasta entonces había caminado junto al dólar, pasaba a convertirse en su antagonista. En el antidólar.


Hoy ha revalidado esta condición. En una jornada marcada por la debilidad del billete verde, el metal precioso alcanzó el máximo histórico que venía persiguiendo en las últimas semanas. La onza troy al contado escaló un 2 por ciento, hasta los 1.270,4 dólares, aunque llegó a alcanzar los 1.274,9. Nunca antes se le había visto por esos lares.


Y no, no fue casual que alcanzase estas cotas en una sesión en la que el dólar cayó con fuerza. Retrocedió un 0,8 por ciento de su valor contra el yen japonés, hasta los 83 yenes, aunque se situó incluso por debajo de este nivel durante el día por vez primera desde 1995. Cayó aún con más fuerza contra el euro, que se apreció un 1 por ciento, hasta los 1,302 dólares, el cambio más elevado de la moneda europea frente a la norteamericana en cinco semanas.

Manda la confusión

La recaída del dólar ha acelerado un récord que los expertos ya esperaban. "Creemos que el favorable entorno que ofrecen los tipos de interés y los tipos de cambio continuarán conspirando para impulsar al oro a nuevos máximos de todos los tiempos", vaticinaban la semana pasada los expertos de Deutsche Bank. También consideran que al oro le queda recorrido alcista por delante, puesto que lo ven en los 1.450 dólares en 2011.


Por el momento, eso sí, desde Bolságora advierten de que no es momento para comprar, sino para mantener las ganancias. Sólo en el caso de que corrigiera, se podría contemplar aumentar la exposición al metal precioso.
Al mismo tiempo, el metal precioso está sacando partido de la incertidumbre actual, alimentada por unos datos económicos contradictorios por parte de las principales potencias del mundo. "La gente se está reuniendo en torno al oro por pura confusión", afirma Matthew Zeman, operador de materias primas de LaSalle Futures Group, en declaraciones a Bloomberg.

En este sentido, el éxodo hacia la seguridad que ofrece el metal precioso, uno de los activos refugio por excelencia, se ve reforzada por el rally alcista que ha protagonizado en los dos últimos meses su gran competidora, la deuda pública, cuyo valor está más ajustado.


Tras el acelerón , la onza de oro acumula ya una revalorización próxima al 16 por ciento en lo que va de ejercicio. Desde finales de 2000, presenta una histórica ascensión del 366 por ciento.

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