El primer ministro griego, Giorgos Papandreou, se enfrenta este sábado en Tesalónica, la segunda ciudad del país, a varias manifestaciones contra su política de ajuste, en momentos que se debe presentar sus prioridades económicas para 2011.
Si los esfuerzos por el draconiano ajuste presupuestario de Grecia fueron destacados el viernes por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que liberó el segundo tramo de su préstamo a este país en grave crisis financiera, una parte de los griegos cuestiona las consecuencias sociales de la reducciones de salarios y el alza de los impuestos.
Las manifestaciones de funcionarios -afectados por importantes recortes salariales- y trabajadores del sector privado -amenazados por una reducción de sus ingresos y del desempleo- coinciden con un discurso que Papandreou tiene previsto pronunciar en Tesalónica en la Feria Internacional. Este discurso marca tradicionalmente el inicio del año tanto en lo político como en lo social para el gobierno.
Las autoridades anunciaron el viernes fuertes medidas de seguridad para evitar incidentes, con la presencia de más de 4.000 policías procedentes de Atenas y otros departamentos del país.
Los sindicatos apuntan sobre todo contra el plan de rigor impuesto en mayo pasado por el gobierno socialista en acuerdo con la Unión Europea (UE) y el FMI a cambio de un préstamo de 110.000 millones de euros en tres años para salvar el país de la bancarrota. Este acuerdo había obligado al gobierno a adoptar duras medidas de austeridad, abriendo el camino a una confrontación con los sindicatos.
Además de los recortes salariales de los funcionarios, la reforma del sistema de jubilaciones y el aumento de los impuestos sobre el tabaco, el alcohol y el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), el plan prevé la liberalización del sector de los transportes y las profesiones liberales (ingenieros, notarios, abogados) y la reestructuración de las empresas estatales.
El problema es que Papandreou no tiene casi margen para flexibilizar el ajuste, estiman la mayoría de los analistas.
La reorganización ministerial que efectuó el lunes pasado dio una señal clara de la continuidad de su política de austeridad, al mantener en su cargo al ministro de Finanzas, Giorgos Papaconstantinou.
Esta semana, Grecia recibió varias malas noticias económicas, empezando por el fortalecimiento de la recesión que afecta al país con una nueva caída del PIB (Producto Bruto Interior) en el segundo trimestre, un -1,8% con respecto a los primeros tres meses de año. También cayó la actividad industrial.
Sin embargo, el gobierno anunció también el viernes haber reducido en un 32% su déficit presupuestario en los primeros ocho meses de 2010 con respecto al mismo periodo de 2009. Tras estos datos, el ministerio de Finanzas dijo estar convencido de que alcanzaría su objetivo de limitar el déficit al 8,1% del PIB.