
Al regulador del mercado estadounidense (SEC) no le está resultando nada fácil establecer vínculos entre los dos españoles que hace alrededor de un mes fueron acusados de utilizar información privilegiada en la compra de Potash Corp por parte de BHP Billiton. Mientras que uno es analista del equipo de Banco Santander, del otro poco se sabe, más allá de que trabajó en una empresa de calzado madrileña.
El hecho de que tengan tan poco en común hace crecer el misterio que rodea al caso, y ha llevado a la SEC a plantearse la posibilidad de que haya más personas implicadas.
Los movimientos extraños que se dieron sobre opciones de Potash poco antes de que se produjera la oferta de BHP pusieron sobre la pista al regulador estadounidense, que logró congelar parte de las ganancias obtenidas por los hombres, superiores a 1 millón de dólares, cuando uno de ellos trataba de transferir parte a una cuenta de una entidad española, informa el Wall Street Journal.
Aunque la SEC no descarta que el analista y el zapatero se conocieran y se pusieran de acuerdo para hacer las operaciones, de momento no han conseguido pruebas concretas, más allá de que residen en Madrid, tienen casi la misma edad y ambos operaron de forma similar y a través del mismo broker estadounidense, Interactive Brokers. Incluso cabe la posibilidad de que se tratara de una casualidad.
Acreedor y trabajador
De momento, el que está en una situación delicada es el Banco Santander, que además de tener un trabajador (al que ha suspendido de empleo hasta que se aclare el caso) implicado, fue una de las entidades que financió a BHP para que lanzara su oferta.
Según el regulador, precisamente el hecho de que el banco fuera uno de los que aportaron una línea de crédito daba a Juan José Fernández García, analista de derivados de la entidad, la posibilidad de tener acceso a información confidencial, señala el Wsj.
De momento, Santander colabora con la investigación y está llevando otra paralela a nivel interno para tratar de averiguar qué sucedió.