
El Banco de Inglaterra ha cumplido las previsiones y ha dejado el precio del dinero en el 0,5%, mientras que la entidad asiática ha sorprendido al no elevar los intereses. Sudáfrica, por su parte, los ha recortado al 6%.
La Vieja Dama, que es como se conoce coloquialmente a la institución británica, no está para bailes monetarios. De ahí que haya mantenido los tipos en el mismo nivel en el que se encuentran desde marzo de 2009. Eso sí, siguiendo la cada vez más extendida estrategia de esperar y ver, tampoco ha ampliado sus medidas cuantitativas, que se mantienen en 200.000 millones de libras.
Por el momento, la decisión debilita a la libra, que se deprecia un 0,4 por ciento contra el euro, hasta los 1,21 euros.
A la espera de conocer las actas de la reunión, que se publicarán el 22 de septiembre, el mercado tiene claro que la entidad gobernada por Mervyn King no moverá los tipos en los próximos meses. Más en concreto, las previsiones del consenso de mercado recopilado por Bloomberg prevén que la subida de los tipos no llegará hasta el segundo trimestre de 2011.
Prudencia surcoreana
El que sí ha sorprendido ha sido el Banco de Corea del Sur, que ha dejado los tipos en el 2,25% cuando el mercado esperaba un repunte de un cuarto de punto, hasta el 2,5%. La prudencia de la entidad ha respondido al temor a que la ralentización de la recuperación mundial afecte al comercio internacional y reduzca las exportaciones del país.
Pese a la sorpresa generada por el mantenimiento del precio del dinero, el won surcoreano se está apreciando contra el euro por séptima sesión consecutiva. Hoy sube un 0,4%, hasta los 1.482,4 wones.
Objetivo: frenar al rand
La tercera institución monetaria en actuar durante la jornada de hoy ha sido el Banco de la Reserva de Sudáfrica. Y ha hecho lo que se esperaba, es decir, abaratar el precio del dinero medio punto, hasta el 6%. Se trata del octavo recorte que ejecuta desde diciembre de 2008. En este periodo ha reducido los tipos a la mitad, puesto que partían del 12 por ciento.
Este movimiento responde a su intento de debilitar la fortaleza de su divisa, el rand, y ya de paso poner un torniquete a la secuencia descendente de la inflación, que se encuentra en su nivel más bajo en cuatro años. Sin embargo, el mercado entiende que esa rebaja es insuficiente, razón por la que el rand se aprecia un 0,4 por ciento contra el euro, hasta los 9,16 rands, su cambio más alto desde 2006.