La esperadísima reunión de la Fed no cumplió las expectativas de los inversores: el banco central volverá a comprar bonos, pero sólo con los intereses de los títulos que ya tiene en cartera, lo cual es un estímulo demasiado pequeño para reactivar la economía a juicio de los mercados. De ahí que Wall Street, aunque redujo las pérdidas iniciales, no recibió el impulso que todo el mundo esperaba.
Así, el Dow Jones acabó bajando el 0,51%, el S&P 500 se dejó el 0,6% y el Nasdaq, una vez más el más volátil, perdió el 1,24%. Caídas que deberían agravar hoy las sufridas ayer por los índices europeos.
La buena noticia fue que los índices aguantaron por encima de los primeros soportes, los mínimos de la semana pasada. Pero eso no es suficiente; los alcistas deben retomar cuanto antes las subidas si no quieren que los índices vuelvan a la parte baja del movimiento lateral. Y una vez descartados el paro de julio y la reunión de la Fed, no aparecen demasiados revulsivos en el horizonte de corto plazo.
Aparte de la reunión de la Fed, ayer se publicó una inesperada caída del 0,9% de la productividad trimestral, lo que rompe una tendencia positiva de 18 meses. Los inventarios también volvieron a las caídas cuando se esperaba un ligero aumento.
El peor comportamiento relativo del Nasdaq fue culpa de Intel, que recibió varias rebajas de recomendación por las expectativas de un derrumbe de las ventas de ordenadores; el valor se desplomó el 4% y su competidor AMD, el 8%.
En el lado positivo, Disney dio unos resultados mejores de lo esperado tras el cierre y se anotó el 1,5% en el after hours.
El euro volvió a las caídas hasta 1,3175 a pesar de la decepción de la Fed. El petróleo cayó hasta 80,25 dólares y el oro, en cambio, subió hasta 1.206,4. Los bonos subieron como reacción al banco central y su rentabilidad bajó hasta el 2,77%.
Hoy miércoles será un día flojo en el plano económico, puesto que sólo tendremos los déficits fiscal y comercial de EEUU.