
Hay combinados que se pueden degustar en una terraza de verano , disfrutando del ocaso de la tarde, como un martini, un daiquiri o un manhattan... y depósitos combinados que, como se puede imaginar, no son ni tan sabrosos, ni tan refrescantes, ni tienen tanto glamour. Es más, lo que sí tienen es letra pequeña.
Y es que un depósito combinado es un tipo de estructurado que, como su propio nombre indica, se compone de dos partes. La primera, que determina normalmente la mitad de la inversión, ofrece un tipo de rentabilidad a plazo fijo, mientras que la segunda está referenciada a un índice bursátil, un grupo de valores o un fondo de inversión. Estamos, por tanto, ante un producto de remuneración variable en el que sólo una parte de su inversión está sujeta a un tipo de interés fijo y, por tanto, conocido de antemano.
Otra característica de estos productos es su plazo, que suele prolongarse en el tiempo. Si bien un depósito convencional se vende a unos plazos de tres, seis o doce meses, los combinados fijan un periodo extenso, de más de tres años incluso, para remunerar al cliente la parte de la inversión sujeta al variable.
El producto de Banco Popular
Con un ejemplo se entiende mejor. Banco Popular acaba de lanzar su combinado Economías Emergentes. La aportación mínima es de 1.000 euros y la inversión sigue dos caminos. El 50% se destina a un 5% TAE a 12 meses. La otra mitad va a parar a un fondo de inversión garantizado de renta variable con una duración aproximada de 41 meses.
Está referenciado al índice S&P BRIC 40, que participa en países como Brasil, Rusia, India y China, con niveles máximos de caída mensual del -2% y niveles de consolidación entre el 5 y 10%. Es decir, la remuneración con la que se liquida este fondo no se sabe de antemano y si se cancela con antelación puede incurrir en pérdidas.
Lo mismo ocurre con el nuevo producto de Caja Madrid que se vende al 4,5%. En realidad, sólo se puede disfrutar de esta rentabilidad a tipo fijo (y 12 meses) si se invierte la misma cantidad de capital en un fondo a la elección del cliente. En este caso, los hay de renta fija, variable, mixtos, de gestión alternativa y perfilados. Vamos, para todos los gustos.