Intel ha dejado el pabellón muy alto. Contra todo pronóstico, superó con creces las expectativas del mercado. Y ahora el turno es de Google. Pero su caso es especial, porque se enfrenta a un mercado especialmente exigente con él en particular. Sucedió en el anterior trimestre: el buscador más conocido del mundo mostró unas cuentas por encima de lo esperado por los analistas, pero para los inversores no fue suficiente y sus acciones se desplomaron en el alter hours de Wall Street.
Google vuelve a enfrentarse esta noche al examen del parqué. Se espera que presente 1.860 millones de dólares, lo que supondría un crecimiento del 25 por ciento respecto al segundo trimestre de 2009. Y la tecnológica tendrá que estar a al altura. Más aún cuando la lucha por el liderazgo del sector se ha vuelto cada vez más dura. Se prevé que las mayores tecnológicas del mundo continúen creciendo en los próximos años en beneficios, pero no al ritmo al que acostumbraban a hacerlo en ejercicios de bonanza.
Por ello, algunas de estas compañías comienzan a plantearse la retribución. Cisco ya afirmó que entra en sus planes de futuro, Yahoo anunció un plan de recompra de títulos y esta lista podría estar tan sólo comenzando.
Para el conjunto del año, las previsiones anticipan un 23,8 por ciento de incremento de la cuenta de resultados de Google en 2010, hasta superar los 8.000 millones de dólares. Y aquí es donde se refleja la transformación del sector desde los valores de crecimiento que fueron algún día, hasta compañías que tienen que comenzar a plantearse o la salida de un producto tan revolucionario como el iPhone en su día; la retribución, a la que hasta el gigante Microsoft tuvo que recurrir cuando su crecimiento se ralentizó; o las adquisiciones, como la que llevó a cabo recientemente HP con Palm.
¿Adiós a los valores de crecimiento?
Porque salvando los años más duros del sector, los posteriores al estallido de la burbuja puntocom, el crecimiento anual medio que ha experimentado Google, por ejemplo, ha sido de un 319 por ciento, de media. Sin embargo, la previsión de los expertos es que, hasta 2012, este incremento se reduzca a un 20 por ciento anual.
Y si faltan excusas, el efectivo no será una de ellas. Las grandes compañías del sector cuentan con un nivel de tesorería que les permitiría realizar compras a golpe de talón sin tener que pasar por ventanilla bancaria, remunerar a sus accionistas, o invertir en ideas revolucionarias, que no es otra cosa que lo que los inversores recriminan a Nokia, condenada al olvido de los alcistas desde hace meses.