Barcelona, 30 may (EFECOM).- La decisión anunciada hoy por Iberia de reestructurar sus vuelos y mantener sólo los que sean rentables, lo que afectaría a algunos de los que operan desde Barcelona, ha desatado un alud de reacciones políticas contra Iberia, que impulsa una línea de bajo coste en Cataluña, entre los partidos catalanes.
Así el alcalde de Barcelona, Joan Clos, ha mostrado su malestar por la decisión de Iberia de suprimir los vuelos de El Prat que no sean rentables y ha pedido a la compañía que venda los 'slots' -derechos de despegue y aterrizaje- que quiera abandonar a otras compañías.
Para tener un aeropuerto "competitivo" Clos cree que la Generalitat debería controlar esta infraestructura y, además, el ayuntamiento tendría que tener voz y participar activamente en los órganos gestores de la infraestructura, actualmente controlados por el Estado a través de AENA, tal y como intentaron los partidos catalanes cuando negociaban el Estatut.
El portavoz del gobierno catalán, Joaquim Nadal, ha dicho hoy que sería "inadmisible" la posibilidad de que Iberia retire sus vuelos desde El Prat (Barcelona), excepto el puente aéreo, para sustituirlos por una compañía de bajo coste porque implicaría una "subordinación a vuelos" baratos.
Nadal además cree que es "difícil de sustituir" vuelos regionales europeos, que para Iberia ya son rentables porque hay demanda desde Barcelona.
Por su parte, el secretario general de Movilidad de la Generalitat, Manel Nadal, ha explicado en declaraciones a EFE que la administración catalana, a través del Comité de Rutas Aéreas, tiene pedida una reunión a Iberia para tratar el futuro de El Prat.
Esta reunión se pidió después de que en un encuentro anterior, hace más de un mes, Ramon García Bragado, secretario general de Presidencia y el propio Manel Nadal tuviesen un encuentro con directivos de Iberia, en el que "se nos manifestó una situación de incomodidad de la compañía de bandera en el aeropuerto de El Prat porque no crece el número pasajeros tal y como ella desearía", ha explicado el secretario de Movilidad.
"Nosotros les planteamos que no podían quedarse sólo con el puente aéreo, que es la principal fuente de beneficios de Iberia, y que debían mantener otras líneas", ha señalado Manel Nadal.
CiU, el principal partido de la oposición, ha aprovechado la coyuntura para cargar contra la Generalitat, donde el PSC gobierna en minoría y con perspectiva de que habrá elecciones anticipadas.
Así, el diputado autonómico de CiU Josep Rull ha pedido a la Generalitat en un comunicado que "aparque su pasividad y trabaje para que El Prat no se transforme en un aeropuerto que opere principalmente con compañías de bajo coste".
En opinión de Rull, la Generalitat "no puede resignarse a que el aeropuerto de la capital catalana se transforme en un aeropuerto que opera mayoritariamente con compañías de bajo coste", al tiempo que considera que esta estrategia "representará un pérdida de competitividad para el aeropuerto y comportará que la economía catalana se resienta".
Iberia planea centrar básicamente su actividad en el puente aéreo Barcelona-Madrid, mientras que el resto de vuelos serán asumidos por una línea de bajo coste participada por la propia Iberia.
Iberia impulsa la nueva línea Catair, donde tendrá sólo un 20%, junto con el grupo Cobra (perteneciente a la empresa constructora ACS), Iberostar, Nefinsa (propiedad de la familia Serratosa) y el fondo de capital riesgo Quercus (la sociedad de capital riesgo creada por Agrolimen, el holding inversor de la familia Carulla).
Según ha comunicado Iberia, los accionistas del nuevo operador han firmado un acuerdo que regula sus relaciones e incluye un compromiso de permanencia en la nueva sociedad durante un periodo de tres años, transcurrido el cual su objetivo es su salida a bolsa en 2009. EFECOM.
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