
Buenos Aires, 23 jun (EFE).- Argentina logró una adhesión del 66 por ciento a la oferta de canje de bonos soberanos por 18.300 millones de dólares que permanecían en mora desde el cese de pagos de 2001, anunció hoy el ministro argentino de Economía, Amado Boudou.
Por medio de esta operación se refinanciaron bonos en mora por 12.067 millones de dólares, con lo cual "el 92,4 por ciento" de los acreedores de las deudas declaradas en mora en 2001, el mayor cese de pagos de la historia (unos 102.000 millones de dólares), ha aceptado refinanciar esos débitos, apuntó en una rueda de prensa.
En 2005 se había refinanciado la mayor parte de la deuda morosa por medio de un canje de bonos que abarcó a 81.800 millones de dólares y con el que se obtuvo una rebaja del 65,4 por ciento.
Boudou señaló que el Gobierno de Cristina Fernández ha tomado la decisión de "que se mantenga cerrado" este nuevo canje, con lo cual echó por tierra conjeturas sobre una prórroga o el lanzamiento de una nueva oferta de refinanciación para los títulos que siguen en mora.
También descartó emisiones de deuda en los mercados de capitales internacionales hasta que los tipos de interés ofrecidos no sean menores al diez por ciento anual.
El ministro destacó que el "ciento por ciento" de los acreedores mayoristas (bancos y otros grandes inversores) aceptaron esta nueva refinanciación, que fue rechazada por "todos los fondos buitre", como se llama a los fondos especulativos, y tuvo unos buenos niveles de adhesión entre pequeños inversores italianos y japoneses.
Sostuvo que los "fondos buitre", que reúnen bonos argentinos en mora por unos 4.500 millones de dólares, han quedado aislados en sus demandas judiciales contra Argentina.
Dijo que esta refinanciación "no fue un regalo" a los acreedores, como adujeron fuerzas de la oposición y puso como ejemplo que los intereses devengados desde 2003 hasta ahora por la deuda en mora "implicaban" 7.000 millones de dólares que "fueron cancelados con 943 millones en bonos".
El resultado del canje de bonos "superó en un diez por ciento" al esperado por el Gobierno y supone "una caída muy importante tanto en capital como en intereses" de la deuda morosa, comentó al calcular que Argentina ha logrado una rebaja del 65 por ciento en promedio sumadas esta refinanciación y la de 2005.
Argentina "negoció con una visión propia y no con la del Fondo Monetario Internacional (FMI) o los acreedores", puntualizó Boudou al reiterar antiguas críticas del Gobierno argentino a ese y otros organismos multilaterales de crédito.
En este sentido, dijo que los préstamos de contingencia (stand by) del FMI "se negociaban (en el pasado) con muy poco sentido para Argentina y desde posiciones de los acreedores, lo que generaba el próximo problema" para las cuentas del Tesoro.
"No importaba lo que pasaba a la población y las finanzas públicas, sino que se llevaba al próximo problema financiero", cosa que pasaba "por lo menos desde fines de la década de 1970" hasta 2003, cuando Argentina optó por desmarcarse del FMI, agregó.
El ministro insistió con que en este nuevo canje de deuda "no fue un regalo" porque "tenía condiciones inferiores" al de 2005, "pero también condiciones menores a las pedidas por acreedores", además de que "no se pagaron comisiones".
"Hemos logrado esto con mucho esfuerzo, con pericia técnica y también con mucho corazón", aseguró Boudou.
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