
El fabricante automotor estadounidense General Motors puso un punto final este miércoles a una telenovela de un año y medio en Europa, al decidir asumir solo la reestructuración de Opel y Vauxhall, en donde hay miles de empleos en juego.
En un giro repentino, que en principio es el último, Opel retiró todas las demandas de ayudas públicas a los países europeos donde está implantado, entre ellos España. General Motors "decidió solucionar los temas de financiación de manera interna", indicó el grupo en un comunicado después de que Berlín negara sus solicitudes de garantías públicas el miércoles pasado.
El gigante estadounidense, que ha registrado nuevamente beneficios en el primer trimestre de 2010, revisó tras esta negativa el coste de la reestructuración en 3.300 millones de euros, cuyo importe asumirá en su integralidad. El plan que había presentado a los Gobiernos incluía la supresión de 8.000 empleos de los 46.000 que tiene el grupo en Europa.
"El proceso es mucho más complejo y mucho más largo que lo previsto", justificó el constructor que espera así "poner en obra rápidamente el plan". De hecho, el constructor, que agrupa a Opel y a Vauxhall, en Gran Bretaña, se encuentra casi en la misma situación de noviembre de 2008, justo antes de que pidiera ayuda por primera vez al Gobierno alemán.
"General Motors registra ganancias y tiene los medios" para reestructurar su filial, reafirmó el ministro alemán de Economía, Rainer Brüderle, que se estima "confortado en (su) decisión" de no ayudar a Opel. Interrogado sobre los riesgos para el empleo en Alemania, el ministro liberal (FDP) respondió que "siempre existen riesgos cuando se fabrican productos que no se venden".
El constructor emplea unas 25.000 personas en Alemania y prevé 3.900 supresiones de puestos. Hasta ahora, Opel rehusó a estudiar el financiamiento a 100% de la reestructuración de su casa matriz, subrayando que ésta saneó su situación con el dinero de los contribuyentes estadounidenses, que no podía gastar fuera de Estados Unidos.
"La justificación y las razones de un pedido de garantías públicas no cambiaron", aseguró por su parte el grupo, que dirigió pedidos en ese sentido a los Gobiernos alemán, británico, español, polaco y austríaco. Esperaba recuperar 1.800 millones de euros en garantías para el plan.
El constructor aseguró que los acuerdos concluidos con los empleados, que prevén 265 millones de euros de ayudas por año hasta 2014 a cambio de inversiones y lanzamiento de nuevos productos, siguen en pie. Opel, que desde hace años pierde mercado y que está concentrada comercialmente en Europa en donde las perspectivas de crecimiento son flojas, prometió invertir 11.000 millones de euros en nuevos productos.
La telenovela de Opel comenzó en noviembre de 2008 cuando el constructor pidió ayuda por primera vez. Una vez salido de la bancarrota, el constructor GM decidió en noviembre quedarse con su filial y reestructurarla, para el disgusto de la canciller alemana Angela Merkel que se implicó mucho en una compra por el canadiense Magna.
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