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Venezuela espera a ministros del cartel en época de precios altos

Aldo Rodríguez Villouta

Caracas, 29 may (EFECOM).- Venezuela ultima detalles y espera a los ministros de los países de la OPEP que el jueves próximo decidirán en Caracas el nivel de producción del cartel, en una época de precios altos, en torno a los 70 dólares el barril (159 litros).

La 141 Conferencia Ministerial de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estará precedida de una reunión, el miércoles, del Subcomité Ministerial de Monitoreo, en la que participarán delegados de Irán, Kuwait, Nigeria, que comienzan a llegar a Caracas mañana, martes.

También participará en la reunión el secretario de la OPEP.

Los resultados, tanto de la reunión previa como de la propia Conferencia, que son a puerta cerrada, se prevé que sean comentados por el ministro venezolano, Rafael Ramírez, quien ha dicho que la cita es un "escenario extraordinario para evaluar y adoptar decisiones con respecto al futuro del mercado petrolero".

Venezuela fue sede en 2000 de la II Cumbre de Presidentes de los países de la OPEP, en la cual se acordó estabilizar el mercado y fortalecer el papel energético mundial de la organización, entonces afectada por precios bajos del producto en todos los mercados.

La disyuntiva apunta ahora a qué hacer para que el precio alto no afecte a la economía mundial, y si mantener o cambiar las cuotas de producción de cada uno de los once países miembros del cartel: Arabia Saudí, Argelia, Emiratos Arabes Unidos, Indonesia, Irak, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria, Qatar y Venezuela.

En su última reunión de marzo pasado, la OPEP decidió mantener su producción total en 28 millones de barriles diarios -un tercio de la oferta mundial-, y Ramírez ha insinuado que en Caracas podría proponer un recorte, tras aseverar que las actuales tensiones geopolíticas marcan los importes del crudo.

"Dado el nivel de abastecimiento, correspondería un recorte", dijo el ministro del quinto mayor productor mundial y tercero de la OPEP (3,3 millones de barriles diarios), mientras que el presidente del país, Hugo Chávez, ha insistido en que "es justo" un precio del barril en 50 dólares.

Venezuela cita, como hechos que "tensionan el precio al alza", la reciente ola de explosiones de oleoductos en Nigeria, la invasión de Irak, y el temor de una agresión a Irán por su programa nuclear, el cual respalda y al que se oponen EEUU y otros países occidentales.

También coincide con análisis que ven al mercado energético no sólo a merced de vaivenes geopolíticos, sino de especuladores internacionales, y considera que en este contexto, es casi nula la incidencia que sobre los precios puede tener la OPEP, en la que la mayoría de socios ya bombea al máximo de sus posibilidades.

El "comportamiento variable de los precios no obedece a los fundamentos del mercado (...); no es un problema de producción", ha dicho Ramírez, sin confirmar si Chávez finalmente propondrá en Caracas que la OPEP haga colectiva la "política energética solidaria" que impulsa su Gobierno con países de la región.

Rebajas sobre los precios internacionales y generosas condiciones y plazos de pago que beneficien a los países más pobres, son parte de esa política, que los detractores de Chávez, dentro y fuera de Venezuela, califican de "chantaje petrolero" del gobernante suramericano para conseguir apoyos internacionales.

Detractores internos, especialmente universitarios, se preparan "para generar situaciones de violencia en las calles" de varias ciudades venezolanas, aprovechando la Conferencia petrolera, dijo el domingo el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel.

"Hay un plan destinado a emplear a fondo el recurso de la guarimba" (violencia urbana), sostuvo, y añadió que "existe la intención de desatar acciones en Caracas con motivo de la próxima reunión de la OPEP, cuyo único fin es el de proyectar hacia el exterior una imagen de caos de Venezuela".

El Gobierno de Venezuela, remarcó, frente a "informaciones que se manejan sobre los planes para generar violencia, advierte de que en el marco del más absoluto respeto a las normas legales, procederá a impedir que la tranquilidad y seguridad (...) pueda verse afectada". EFECOM

ar/rl

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