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La idea de un bono común en la Eurozona toma fuerza por la crisis de deuda

Una de las consecuencias claras de la crisis actual de la Eurozona es que las cosas no pueden seguir como están. El dilema es claro: o se rompe la unidad monetaria o se avanza hacia una mayor integración. En este sentido, vuelve a tomar fuerza la idea de un eurobono.

Esta opción, la de emitir un bono único para los miembros de la Eurozona, ya se consideró en los peores momentos de la crisis en 2008 tras la caída de Lehman Brothers, y ahora el sector financiero retoma la idea, según publica el diario británico Financial Times.

Las ventajas de este instrumento son claras: daría más accesibilidad a los mercados, ayudaría a estabilizar las economías del continentes y disminuiría el coste de financiación.

Además, atraería más atención de los inversores internacionales y podría competir con los bonos americanos, los Treasuries, como los instrumentos de deuda más líquidos del mundo. También podría ayudar al euro en su intención de convertirse en moneda de reserva mundial, aunque esto lelgaría a más largo plazo.

Pero para crear este instrumento sería imprescindible una mayor integración y superar la crisis actual. De momento, parece que la voluntad política de Europa, a pesar de las tensiones, sigue siendo la de una mayor integración y la de salvar al euro.

En cuanto a la idea del bono, en los últimos tiempos, tanto Jean Claude Juncker, primer ministro de Luxemburgo y presidente del Eurogrupp, como el primer ministro belga, Yves Leterme, han apoyado la idea como un paso lógico en el desarrollo de la Eurozona.

El apoyo de los bancos

La asociación portavoz de los bancos comerciales, la AFME (Association for Financial Markets in Europe), que representa a 197 instituciones financieras en el continente, también está sondeando a los inversores sobre la idea y ha elaborado documentos sobre las ventajas de un bono común en la Eurozona.

Mark Austen, managing director de AFME, ha explicado al FT que la "Eurozona se enfrenta a dos claras opciones, más cooperación fiscal o estallar. Para muchos sólo hay una opción, más cooperación".

"Un bono común es el paso lógico. Sería una referencia mucho mayor que un bono de un país y saldría al mercado mucho más frecuentemente. Serían mucho más parecidos a los Treasuries, lo que supondría un plus de liquidez, una atracción para los inversores internacionales y una reducción de los costes de financiación", añade al periódico.

Austen va más allá y cree que un bono común tendría un rendimiento incluso menor que el del bund alemán, gracias al incremento de la liquidez y la mayor demanda. Esto acabaría con el escepticismo alemán, uno de los principales obstáculos, ya que también reduciría los costes de financiación germanos.

Harvinder Sian, estratega de RBS, añade que "muchos inversores quieren ver una mayor integración fiscal. Esto podría proporcionar una mayor estabilidad en la Eurozona ya que traería un riesgo más compartido".

El funcionamiento del bono

Desde AFME se apuntan varias posibilidades para el bono de la Eurozona. Se podría realziar un bono común a los 16 países; otro excluyendo a los países más grandes; un bono emitido sólo por aquellos que tuvieran triple A; o incluso letras a seis meses también del conjunto de los miembros.

Otras de las opciones a considerar sería que fuera estructurado de tal manera que los miembros de la Eurozona sólo pudieran utilizar este bono para financiarse hasta el 60% del PIB, límite del Pacto de Estabilidad. Esto disuadiría a los países de un excesivo endeudamiento, según el FT.

El bono se podría emitir bien a través del Banco Europeo de Inversiones, que ya obtiene financiación para proyectos e infraestructuras en la Eurozona o crear una nueva agencia de deuda para la Eurozona.

A pesar de todo, los inversores consultados por el diario británico apunta a que nada de esto sería posible sin una mayor integración fiscal, aunque muchos siguen pensando que este es el camino más probable a pesar de las dificultades. Y todo ello desembocaría en una mayor unión política.

Charles Wyplosz, profesor en el Graduate Institute of International Studies en Ginebra, cree que "debe haber una reconstrucción de la disciplina fiscal, ya que la alternativa, la ruptura de la Eurozona, es demasiado horrible como para contemplarse".

"Esto implica una mayor cooperación fiscal e integración. Además hace que el camino a la creación de un bono común en la Eurozona sea más cómodo y práctico. Podríamos tener que esperar mucho tiempo para ver que esto pase, pero creo que debería pasar por el bien de Europa y de los mercados", añade el académico en declaraciones al periódico.

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