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La economía brasileña acelera y el Gobierno la frena para evitar expansión china

La economía brasileña va viento en popa, con un crecimiento estimado por el Banco Central en casi un 10% en el primer trimestre, y ahora el Gobierno quiere ponerle freno para impedir una tórrida expansión al nivel de China.

En un día en que Alemania pedía mano dura en Europa para salvar el euro y España confirmaba un tímido crecimiento del 0,1% en el primer trimestre, en Brasil una proyección interna del Banco Central estimó que de enero a marzo la economía brasileña creció 9,84% en relación al mismo período de 2009 y 2,38% sobre el trimestre anterior.

Por increíble que parezca, el dato enciende la luz roja y confirma lo que el gobierno temía: que tras contraerse 0,2% en 2009, la economía brasileña crecerá más de 6% en 2010, o 7,5% según proyecciones de Itaú-Unibanco, que sería la mayor tasa en 25 años y que se acompaña de un repunte de la inflación que los analistas ya estiman superará el 5,5% este año, superando la meta oficial de 4,5%.

"El problema no es que Brasil no quiera crecer tanto, es que tenemos una historia de inflación que solo fue controlada en los últimos 15 años y sigue preocupando mucho que se dispare a un nivel que se pierda control", explicó a AFP el economista de la calificadora Austin Ratin, Leonardo dos Santos.

"Un crecimiento de más de 5% al año acciona las alarmas de nuestras insuficiencias productivas y logísticas: la inflación supera 5%, hay lamentos de falta de mano de obra, y en poco tiempo faltarán máquinas y espacio en las carreteras y en los puertos. Es lo que los economistas llaman 'Límite del PIB Potencial'", ilustra el columnista de Folha, Vinicius Torres Freire.

"Consideramos razonable crecer 6% este año y 4 o 5% el próximo", reaccionó este miércoles en un seminario económico en Madrid el ministro de Planificación, Paulo Bernardo.

El ministro de Hacienda, Guido Mantega, ya había estimado el viernes que la economía brasileña había crecido entre 8 y 10% en el primer trimestre, un nivel que consideró que no se repetirá en trimestres posteriores ya que la comparación era con el peor nivel de la crisis a inicios de 2009 y advirtió que Brasil no permitirá un crecimiento superior a 7% en 2010.

El motor del crecimiento brasileño es su mercado de consumo interno, en un país que se ha ganado un puesto entre las grandes economías emergentes del planeta con Rusia, India y China (BRIC) y que en los últimos años redujo la pobreza, elevó como nunca la renta, e incorporó millones al mercado de consumo.

El comercio creció casi 13% en el primer trimestre y el Gobierno espera que este año se creen 2,5 millones de puestos formales de trabajo.

"La demanda está subiendo más que la producción y ya está faltando mano de obra calificada, eso se traduce en inflación y, por eso, cuánto antes le pongamos el freno, menor será el daño", dijo a AFP el economista Roberto Troster.

El ministro de Hacienda anunció el viernes un millonario recorte presupuestario por 17.000 millones de dólares, o 1% del PIB para contener el gasto público: "La mejor manera para echar agua fría y disminuir esa demanda, es disminuir los gastos del gobierno", dijo.

También para frenar la inflación y poner paños fríos a la superexpansión, el Banco Central aplicó a fines de abril el primer aumento en casi un año de la tasa básica de interés (se esperan otros en el año), y el Gobierno comenzó a retirar los masivos incentivos fiscales aplicados en 2009 para enfrentar la crisis.

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