
El fabricante automotor japonés Toyota se recuperó durante el ejercicio 2009-2010, cerrado a finales de marzo, gracias a importantes reducciones de costos y a pesar de la crisis de defectos técnicos que lo obligó a retirar millones de vehículos del mercado, un año después de las pérdidas históricas provocadas por la recesión.
El primer fabricante automotor del mundo obtuvo ganancias netas por 209.400 millones de yenes (unos 2.000 millones de dólares) y un beneficio de explotación de 147.500 millones de yenes, en un resultado inesperado el año pasado en la misma época cuando, hundido por la recesión, Toyota preveía pérdidas por 550.000 millones de yenes.
En cambio, su facturación cayó un 7,7% interanual, a 18,950 billones de yenes (unos 175.000 millones de dólares), a raíz de una bajada del 4,4% en sus ventas de vehículos a nivel mundial, que alcanzaron los 7,237 millones de unidades.
Las ventas del grupo aumentaron en Japón (+11%) y en Asia (+8%) y retrocedieron en América del Norte (-5%), Europa (-19%) y América Latina, África, Oceanía y Oriente Medio (-21%).
Al ser interrogado por las razones de la recuperación contable a pesar de la bajada en las ventas, el presidente de Toyota, Akio Toyoda, enumeró "la retirada de la Fórmula 1" en noviembre de 2009 y "decisiones sobre el empleo".
Toyota despidió a miles de asalariados en todo el mundo en el momento más fuerte de la recesión el año pasado.
El constructor explicó por otra parte haber aumentado las ganancias de sus filiales de crédito para la compra de automóviles. Además, obtuvo un ingreso excepcional por operaciones de cambio de divisas.
Este regreso a cifras positivas tiene lugar después de que Toyota se viese obligado en los últimos meses a retirar del mercado unos diez millones de vehículos, la mayoría de ellos en Estados Unidos, a raíz de una serie de problemas técnicos, en particular en el pedal de aceleración, que podía quedar bloqueado al pisar a fondo. Esta cuestión había conmocionado el grupo, que gozaba hasta ese momento de una reputación de gran fiabilidad.
Toyota evaluó en 180.000 millones de yenes el costo de esta crisis en sus finanzas para el ejercicio 2009-2010, juzgando su impacto inferior al temido.