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Los manifestantes tailandeses se niegan a abandonar las calles

BANGKOK (Reuters) - Los manifestantes antigubernamentales en Tailandia se negaron el viernes a abandonar las calles, pero sugirieron que podían llegar a un acuerdo en los próximos días para poner fin a una crisis que se ha cobrado algunas vidas y ha puesto en peligro la economía.

El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, ha impulsado un plan para poner fin a las manifestaciones que han asolado la capital y ahuyentado a los turistas, pero seguía en el limbo ya que las facciones rivales estaban enfrentadas sobre los detalles, incluyendo la propuesta de elecciones anticipadas para noviembre.

"Todavía no hemos desconvocado las protestas", dijo Jaran Ditapichai a Reuters tras reunirse con otros líderes. "Tenemos una propuesta para Abhisit y hablaremos de ello en más detalles después", añadió.

Las protestas han paralizado el corazón comercial de la capital durante casi dos meses, pero sus raíces se remontan al mandato como primer ministro de Thaksin Shinawatra - un magnate populista depuesto en un golpe de Estado en 2006 - y las profundas divisiones sociales que expuso entre la élite tradicional y las masas rurales.

"El acuerdo está aún sobre la mesa. Aún hay algunas complicaciones, se esperan más conversaciones. Este estancamiento podía durar", dijo Kiatkong Decho, estratega en CIMB Securities.

Abhisit se ofreció a disolver el Parlamento en la segunda mitad de septiembre antes de las elecciones del 14 de noviembre dentro de un plan para poner fin a una crisis en la que han muerto 27 personas y más de 1.000 han resultado heridas.

Sin embargo, no convenció a los manifestantes de los "camisas rojas", en su mayoría pobres del campo y la ciudad, que se han negado a abandonar el distrito comercial, donde lujosos hoteles y centros comerciales se han visto obligados a cerrar.

"Estoy esperando a que os líderes digan si tenemos que celebrar o si deberíamos continuar luchando", dijo Satien Wuttichai, un conductor de camión de 39 años que se unió a las protestas a principios de abril.

"Estoy preparado para las dos cosas, pero esta espera es frustrante. Pero tenemos que ser pacientes", añadió.

Lejos de abandonar su campamento, que se extiende a lo largo de tres kilómetros en el principal distrito comercial del centro de Bangkok, los líderes de los "camisas rojas" dijeron que traerían más seguidores en autobús de su bastión en el noreste del país.

Aproximadamente 5.000 personas estaban en el lugar el viernes por la tarde.

Un grupo empresarial local cifró las pérdidas en la zona en aproximadamente 174 millones de baht (4,17 millones de euros) al día desde el 3 de abril.

SEÑALES CONTRADICTORIAS

Había señales contradictorias desde el campamento, que respalda ampliamente a Thaksin, que ganó popularidad entre los pobres con políticas como una sanidad barata y microcréditos rurales, pero golpeó a la élite de Bangkok y las clases medias que le dieron la espalda unos años después de llegar al poder en 2001, acusándole de corrupción, autocracia y deslealtad a la monarquía.

"La mayoría de los líderes están preparados para irse. Un par de líderes están aún preocupados respecto a que dejar las calles ahora derive en un fracaso del movimiento", dijo el líder manifestante Kwanchai Praipanna.

Para complicar la situación, Abhisit se enfrenta con la oposición de los seguidores tradiciones del gobierno después de que el grupo de los camisas amarillas, que representa a la élite real antiThaksin y las clases medias, condenara su plan.

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