Sao Paulo, 26 may (EFECOM).- La Policía Federal brasileña detuvo hoy en Sao Paulo al ex dueño del Banco Santos, Edemar Cid Ferreira, acusado de gestión fraudulenta y delitos financieros que habrían llevado esa entidad a la quiebra y liquidación en el 2005.
Ferreira fue detenido en su residencia por 15 agentes en cumplimiento de una orden judicial expedida a petición del Ministerio Público Federal.
El Banco Santos dejó pérdidas por más de 1.000 millones de reales (más de 454,5 millones de dólares), según el Ministerio Público Federal.
El proceso que llevó a la quiebra de la institución financiera comenzó el 12 de noviembre del 2004, cuando el Banco Central intervino el banco un año después lo liquidó.
En el 2004 el instituto emisor ordenó la separación del banquero y de sus 18 directores del control del banco y designó a Vanio César Aguiar como interventor de la entidad.
En esa época se limitó a la retirada de dinero de los clientes a 20.000 reales (unos 9.090 dólares) y fueron bloqueados los demás recursos a la espera de una solución para el banco.
Desde la intervención fueron descubiertas irregularidades en la concesión de préstamos a empresas en dificultades financieras en Brasil a cambio de la compra de papeles y de inversiones en empresas localizadas en paraísos fiscales.
El plan de recuperación no permitió la reapertura de las agencias que el Banco Santos operaba en 10 grandes ciudades del país y el Banco Central optó por declarar la liquidación el 4 de mayo del 2005.
Informaciones extraoficiales recogidas por la prensa local aseguran que la detención del banquero se debe a la reciente desaparición de obras de arte de su valiosa colección y que el Ministerio Público pretendía subastar para resarcir a los clientes víctimas de la quiebra del Banco Santos.
Ferreira, quien también afronta un proceso por mantener cuentas en el exterior, permanece confinado en Delegación de Combate a los Crímenes Financieros de la Policía Federal en Sao Paulo.
Las autoridades descubrieron que los bienes más valiosos del banquero, como su mansión en Sao Paulo, valorada en 50 millones de reales (22,7 millones de dólares), están a nombre de una empresa localizadas en un paraíso fiscal. EFECOM
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