
Los gobernadores de la Reserva Federal (Fed) debatirán martes y miércoles en Washington sobre su política monetaria y los observadores tratarán de identificar señales de una eventual disposición a elevar la tasa directriz de la entidad financiera.
Desde la última reunión del Comité de Política Monetaria de la Fed (FOMC), a mediados de marzo, la conyuntura económica mejoró notablemente en Estados Unidos. La mayoría de los indicadores publicados desde comienzos del mes se orientó positivamente, superando las previsiones.
El viernes, el secretario del Tesoro, dijo incluso por primera vez, que la economía del país podría crecer en 2011 sin el apoyo de las autoridades.
El banco central estadounidense tomó nota de los recientes avances. Su Libro Beige (informe de coyuntura) publicado el 14 de abril destacó una leve mejoría de la actividad en marzo, formulando un diagnóstico sobre la coyuntura sensiblemente mejor que el anterior.
El discurso de sus dirigentes también cambió. Excluyendo casi todo riesgo de recaída, Ben Bernanke, presidente de la Fed, estimó el mismo día ante el Congreso que "el alza de la demanda final (debería ser) suficiente para asegurar una recuperación económica moderada en los próximos trimestres".
Sin embargo, la Fed estima que los obstáculos al crecimiento son numerosos, ya se trate de la persistencia de un elevado desempleo, del mantenimiento de condiciones desfavorables para la obtención de créditos o de las dificultades financieras de los estadounidenses a causa de su endeudamiento.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció el miércoles su previsión de crecimiento para la economía estadounidense, pero sus proyecciones concuerdan en la perspectiva de un alza lenta y progresiva del PIB, prevista por la Fed y la administración del presidente Obama.
Si bien la actividad se acelera en Estados Unidos, todavía está lejos de los niveles alcanzados antes de la crisis y sigue siendo todavía extremadamente débil en ciertos sectores como el inmobiliario, origen de la recesión.
En consecuencia, ni los economistas ni los mercados prevén que el banco central incremente el miércoles su tasa directriz, que se mantiene casi nula desde mediados de diciembre de 2008.
Las especulaciones se multiplican sin embargo sobre si los miembros del FOMC continúan considerando necesario mantener durante largo tiempo su tasa básica extremadamente baja, como lo repiten tras cada una de sus reuniones desde hace más de un año.
Algunos miembros del FOMC abogan por que la Fed emita alguna señal sobre su intención de incrementar sus tasas, aunque son minoritarios.
Los economistas del instituto IHS Global Insight, estiman que dado el nivel extremadamente débil del alza de precios (algunos índices rozan la deflación), los dirigentes de la Fed no deberían señalar su intención de incrementar su tasa directriz "a fin de evitar toda presión súbita al alza de las tasas", principalmente sobre las tasas inmobiliarias a largo plazo que la Reserva Federal logró estabilizar a niveles relativamente bajos.