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El FMI eleva su pronóstico de crecimiento mundial al 4,2 por ciento este año

Washington, 21 abr (EFE).- La economía mundial ha superado las expectativas y crecerá un 4,2% este año, empujada por los mercados emergentes, pero para que el repunte sea sostenible es necesario un gran ajuste fiscal y cambiario, dijo hoy el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"La recuperación mundial ha sido más fuerte que lo esperado y la actividad está repuntando a distintos ritmos: con debilidad en muchas economías avanzadas, pero con más fuerza en la mayoría de las emergentes", dijo el organismo en su informe "Perspectivas Económicas Mundiales", divulgado hoy.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que esa recuperación a varias velocidades continúe, con Asia a la cabeza, seguida por América Latina, donde la economía brasileña ha despegado.

Mientras, en las naciones ricas el rebote es más lento que tras recesiones anteriores, debido al lastre de un desempleo alto, una demanda interna débil y, en Europa, un sistema bancario aún incapaz de extender suficiente crédito por su propia debilidad.

A nivel mundial el crecimiento del 4,2% para este año supone una revisión al alza de tres décimas con respecto al cálculo del FMI en enero, que cree que en el 2011 se situará en un 4,3 por ciento.

"Nos encontramos en una nueva fase importante de la crisis. Se ha evitado una depresión mundial", se congratuló en una rueda de prensa Olivier Blanchard, economista jefe del Fondo Monetario Internacional.

Pero la disparidad en las tasas de crecimiento hace que la recuperación tenga pies de barro y para dotarla de cimientos más robustos se requiere un movimiento tectónico en la estructura económica del planeta, a juicio del FMI.

En primer lugar, los países desarrollados tienen que pensar ahora en la contención del déficit para evitar "una explosión de deuda", según Blanchard.

El ahorro del gobierno reducirá la demanda interna y sus economías deberán readecuarse para fomentar la exportación, un proceso que incluye una depreciación de sus monedas, en particular el dólar y el euro, de acuerdo con el FMI.

Los países en desarrollo tendrán que hacer lo contrario: permitir la apreciación de sus monedas, consumir más y exportar menos, especialmente en el caso de China.

Ese es básicamente el modelo que suscribió el G-20 en su reunión presidencial de Pittsburgh en septiembre y que los ministros de economía del Grupo revisarán el viernes en una reunión en Washington.

Lo que ha ocurrido en los meses que han transcurrido desde entonces es una entrada masiva de capital en algunos mercados emergentes, que podría alimentar burbujas financieras, por lo que el FMI recomienda también una apreciación del tipo de cambio a los países receptores.

En su informe, el organismo cita como el principal riesgo para la recuperación mundial que la inquietud en los mercados sobre la capacidad de Grecia de pagar su deuda se transforme en una crisis de deuda soberana "contagiosa".

Sin embargo, durante la rueda de prensa Jörg Decressin, el subdirector del departamento de Análisis del FMI, indicó que si los Gobiernos de Grecia y de Portugal, otro país con graves problemas presupuestarios, llevan a cabo los planes de ajuste que han presentado ambos países no representarán un peligro para la zona euro.

El Fondo Monetario y la Unión Europea negocian actualmente con el Gobierno de Atenas los parámetros de un programa crediticio de varios años, que se prevé que le proporcione este año entre 40.000 y 45.000 millones de euros (entre 53.000 y 60.000 millones de dólares)

Dada la debilidad de los países avanzados, la receta del Fondo es mantener las bajas tasas de interés y los programas de estímulo durante este año, excepto en las naciones que ya sienten las presiones del mercado para tomar medidas contra el déficit.

En todo caso, en el 2011 el ajuste será inevitable. El FMI pidió planes claros a los Gobiernos de cómo y cuándo reducirán la deuda, y sugirió elevar la edad de jubilación y reducir el costo de los sistema de salud públicos.

También aconsejó subir los impuestos y eliminar las desgravaciones por la compra de una vivienda.

Al mismo tiempo, el desempleo seguirá siendo un problema, pues se mantendrá en el 9 por ciento en media en los países avanzados el próximo año y bajará sólo gradualmente.

El FMI recomendó "flexibilidad salarial", un eufemismo con el que en realidad habla de bajadas de sueldos, dar unos beneficios "adecuados" por desempleo y llevar a cabo programas de formación para los parados.

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