Madrid, 5 may (EFECOM).- La onda expansiva del descalabro bursátil sufrido en las dos últimas semanas por inmobiliarias y constructoras ha golpeado la Bolsa española y ha llevado a su principal indicador, el Ibex-35, de marcar máximos históricos a ser el menos rentable de los mercados europeos desde comienzos de año.
Tras alcanzar el Ibex el 20 de abril el máximo histórico de 15.080,90 puntos, la caída del sector del "ladrillo" ha situado a la Bolsa española a la cola de la rentabilidad anual en Europa, con una revalorización desde enero del 2,73 por ciento, frente a la subida del 13,67 por ciento de Fráncfort, del 5,67 por ciento de Londres, del 8,78 por ciento de París y del 6,12 por ciento de Milán.
Entre las cotizadas más afectadas por esta oleada de reducción de carteras están Sacyr, que ha perdido un 11,48 por ciento desde principios de año; Inmobiliaria Colonial, un 17,21 por ciento; Fadesa, un 23,61 por ciento; Metrovacesa, un 27,71 por ciento, y Urbas, un 30 por ciento.
Y, por supuesto, Astroc, que ha caído un 64,67 por ciento y cuyos títulos han pasado en un par de semanas de cotizar por encima de 45 euros a los poco más de 14 euros que marcaban al cierre de la sesión de ayer.
Analistas y expertos consultados por Efe no se ponen de acuerdo sobre si este ajuste era necesario y "se veía venir" o si, por el contrario, se ha debido a factores puntuales, entre ellos una percepción errónea del mercado por parte de los inversores, contaminados por la prensa internacional.
José Carlos Díez, analista de Intermoney, señala que, aunque había compañías sobrevaloradas y hacía falta "un cierto ajuste", el impacto "ha sido excesivo".
Díez culpa a la prensa internacional de exagerar la "burbuja inmobiliaria española", y está convencido de que "la rentabilidad de la bolsa española crecerá por debajo de las europeas pero no a una distancia excesiva".
Con humor, Díez hace suyas las palabras del ex director de la Reserva Federal de Estados Unidos Alan Greesnpan, que aseguraba rotundo que "sólo se puede detectar que hay una burbuja cuando estalla".
En Ahorro Corporación sí ven motivos de preocupación, y señalan el batacazo de Astroc como la "disculpa" que el mercado necesitaba para corregir la sobrevaloración y la falta de visibilidad de algunas de estas compañías.
Los expertos apuntan a que 2007 será el año que se de por finalizado el boom inmobiliario que comenzó en 1998, después de ocho años en los que el precio medio del metro cuadrado casi se ha triplicado, al pasar de 702,8 euros a 2.024,2 euros.
Junto con la desaceleración de los precios, se están estabilizando las operaciones de compraventa de inmuebles, que sólo aumentaron un 0,4 por ciento en 2006, al tiempo que han comenzado a venderse menos viviendas de las terminadas, 410.192 frente a 597.632 en 2006, según los últimos datos del Ministerio de la Vivienda.
La corrección que se producirá a lo largo de este año de ese exceso de oferta podría hacer peligrar el empleo en el sector, según la patronal de las grandes constructoras Seopan, que calcula que por cada 100.000 viviendas que dejen de construirse se perderán 200.000 puestos de trabajo.
Iván San Félix, analista de Renta 4, tampoco duda al afirmar que "el sector estaba sobrevalorado, y sin embargo no sucedía nada".
San Félix afirma que con esta pequeña crisis "se ha penalizado a las compañías que más dependían del sector inmobiliario, sobre todo a las que no han diversificado".
Para este analista, la tendencia será que "el inversor rotará hacia valores europeos y reducirá su actividad en España y, siempre que los resultados de las compañías sean buenos, y pasado un tiempo razonable, aumentará la volatilidad".
"Esperamos que el mercado se recupere -concluye-, pero con cautela".
Más alentadoras son, sin embargo, las palabras de algunas autoridades económicas y agentes sociales.
Días después del desplome de Astroc, el ministro de Economía, Pedro Solbes, quitaba importancia a esta caída y aseguraba que no estaba directamente relacionada con el sector constructor e inmobiliario.
El secretario general de CCOO, José María Fidalgo, coincidía con el ministro y recalcaba que la caída generalizada no tiene porqué marcar una "tendencia" ni suponer una "catástrofe".
Por su parte, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, declaraba hace dos días en Bruselas que no veía relación directa entre la cotización en Bolsa de las inmobiliarias y la evolución del sector de la vivienda en su conjunto.
Almunia dijo también que el sector de la vivienda se está ajustando tanto en España como en otros países de la zona euro "de forma gradual", que es, en su opinión, "el mejor escenario posible". EFECOM
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