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Los ricos son los que más se benefician de gasto público en salud

César Muñoz Acebes

Washington, 25 may (EFECOM).- Los ricos son los que más se benefician del gasto público en salud en América Latina, según denunció hoy el Banco Mundial, que instó a invertir más en sistemas de cobertura rural y para trabajadores en el sector informal.

Aquellos que lo necesitan menos y que podrían pagar por los servicios de salud son los que reciben más atención gratis, mientras que los pobres son los que pagan más de su bolsillo por los cuidados que requieren, según dijo a Efe Pablo Gottret, un economista boliviano del Banco Mundial.

Gottret es uno de los autores del libro "Health Financing Revisited", que la institución presentó hoy en el Club de la Prensa de Washington.

El volumen prevé que América Latina deberá aumentar sus gastos en salud un 47 por ciento en los próximos 20 años debido al crecimiento y envejecimiento de la población.

Actualmente, la región dedica a este fin 218 dólares per cápita por año, lo que supone el 6,6 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB).

En cambio, los países ricos gastan 3.040 dólares per cápita, que equivale al 8 por ciento de su PIB.

Pero aumentar las partidas de salud en América Latina no es suficiente, sino que el dinero tiene que usarse mejor, según el Banco Mundial.

"La población que está mejor en términos de ingresos en nuestros países, generalmente tiene acceso a sistemas de aseguramiento que la población pobre no tiene", explicó Gottret.

Así, en Ecuador, Perú y Bolivia, que cuentan con un alto porcentaje de población rural y de empleados en el sector informal, la cobertura de salud se sitúa en tan sólo alrededor del 25 por ciento de la fuerza laboral, según el libro publicado hoy.

Esto hace que en Ecuador cerca del 40 por ciento del presupuesto público de salud pague por servicios para el 20 por ciento más rico de la población, mientras que el 20 por ciento más pobre no llega a recibir el 10 por ciento de los recursos.

Una razón es la obsesión en América Latina por construir hospitales.

"Nosotros estamos empezando al revés, construimos grandes hospitales, donde se hace de todo, y nos olvidamos de la atención primaria", dijo Gottret.

En parte esta estrategia responde a motivaciones políticas, según reconoció el economista, pues inaugurar hospitales proporciona unas fotos muy útiles para los candidatos en campañas electorales.

No obstante, a su juicio, "el gasto fundamental no tiene que ser en un principio en hospitales y hay que desarrollar sistemas que puedan prestar la atención primaria en el sector rural".

Hay modelos positivos, según el Banco Mundial. Por ejemplo, casi un 40 por ciento del gasto público de salud en Costa Rica llega a los más pobres, gracias precisamente a su red de atención primaria.

Gottret citó a Colombia como otro país que va en la dirección correcta, ya que el estado subsidia a los pobres las cotizaciones al sistema de seguro.

La región en general vive un proceso de transición debido a la disminución de la mortalidad infantil y el envejecimiento de la población, lo que cambiará el tipo y el nivel de gasto.

Más comunes serán las muertes por enfermedades cardiovasculares, neurológicas y accidentes, como en los países ricos, en lugar de los fallecimientos por dolencias infecciosas.

El crecimiento de la población requerirá un aumento en el gasto de salud del 25 por ciento en los próximos 20 años, y el envejecimiento de los latinoamericanos pedirá una subida adicional del 22 por ciento, según el Banco Mundial.

Gottret dijo que los gobiernos deben plantearse cómo financiarán estos incrementos y reducirán el malgasto.

En lo que no deberían confiar es en la ayuda externa. Aunque las donaciones para proyectos de salud en todo el mundo se encuentran en un nivel récord en términos absolutos, al alcanzar los 10.000 millones de dólares en 2003, según los últimos datos disponibles, la mayoría de los fondos se dirigen a Africa.

La ayuda de otros gobiernos o fundaciones que reciben los países latinoamericanos no llega al 2 por ciento de sus gastos totales de salud, mientras que en algunas naciones del continente negro supera el 30 por ciento. EFECOM

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