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El sediento Brasil aspira a ser la potencia energética mundial

Omar Lugo

Río de Janeiro, 25 may (EFECOM).- Si se creen a pie juntillas las palabras de su presidente, Brasil será en dos décadas "la mayor potencia energética de la Tierra" gracias a un abanico de fuentes tan variadas como el petróleo, el agua y la biomasa.

El presidente Luiz Inácio Lula da Silva está en precampaña para las elecciones de octubre, lo que podría explicar el tono de sus declaraciones al diario francés "Le Monde".

Al menos a medio plazo el futuro no es tan holgado.

Una crisis con el pequeño vecino Bolivia por el suministro de gas natural dio recientemente municiones a la oposición política para atacar al gobierno, justo cuando la estatal Petrobras celebraba "la autosuficiencia energética" de Brasil, gracias al reciente equilibrio entre la producción y el consumo interno de petróleo.

Lula ha prometido que dentro de dos o tres años Brasil estará produciendo la mayor parte del gas que consume, pero esta diversificación no significa que el gas boliviano pasará a la historia.

Brasil, décimo consumidor mundial de energía, estaría viviendo "una revolución energética" que se extiende al etanol y diesel de origen vegetal, dos productos que pretende exportar masivamente a Europa y Estados Unidos.

Para el economista brasileño Gilberto Dupas, presidente del Instituto de Estudios Económicos e Internacionales, la crisis en torno a la nacionalización del gas boliviano tiene el aspecto positivo de impulsar a Brasil a reducir su dependencia.

También ha contribuido a acelerar el aprovechamiento de sus propias reservas de gas natural en el océano Atlántico, que habían sido preteridas porque el gas boliviano era más barato.

"Juntando el petróleo y el gas, más la energía hidráulica y la biomasa, tenemos un patrón energético de alta sinergia que vale mucho en la realidad global del futuro", dijo a EFE Dupas.

Petrobras produjo en 1,751 millones de barriles por día (bpd) en el primer trimestre, un aumentó del 14 por ciento con respecto al primer trimestre de 2005.

Los planes de la empresa, con inversiones de 56.400 millones de dólares en cuatro años, son producir 2,3 millones de bpd en el 2010 y hacer que el 91 por ciento de los hidrocarburos procesados en sus refinerías sea de origen nacional.

En los próximos cuatro años el consumo anual crecerá a una tasa del 2,6 por ciento y en 2010 será de 2,060 millones de bpd, según dijo esta semana el presidente de Petrobras, José Sergio Gabrielli.

Para el 2010, Petrobras aspira a estar produciendo 3,4 millones de bpd de crudo y gas dentro y fuera de Brasil.

En cuanto al gas natural, la petrolera calcula un consumo de 100 millones de metros cúbicos, para el 2010, con una producción de 69 millones de metros cúbicos, por lo que el país seguirá necesitando importar unos 30 millones de metros cúbicos desde Bolivia.

Según cifras oficiales, el 48,4 por ciento de las necesidades energéticas totales de Brasil son satisfechas hoy por el petróleo y gas, el 29 por ciento por biomasa (incluyendo alcohol derivado de la caña de azúcar, carbón vegetal y leña), el 14,5 por ciento por la hidroelectricidad, 6,5 por ciento por carbón mineral y 1,5 por ciento por energía nuclear.

"Brasil es hoy uno de los pocos países industrializados autosuficientes en petróleo, justo en una época de escasez relativa y precios ascendentes", según Gabrielli.

Pero es insuficiente para creer que a largo plazo será la potencia energética mundial, a despecho de Lula.

Varios analistas advierten de que estos cálculos de abastecimiento se basan en un crecimiento económico de entre tres y cuatro por ciento anual, por debajo de las necesidades de un país que en las próximas décadas tiene que sacar de la pobreza a 40 millones de personas e incorporarlas al mercado de consumo.

Sus reservas totales de crudos y gas se encuentran en unos 15.000 millones de barriles, según Petrobras y alcanzan para 16 años al ritmo de producción actual.

Por su parte, las fuentes de energía "verde", derivadas de la caña de azúcar y semillas oleaginosas, sólo son rentables en el actual escenario de altos precios de los hidrocarburos.

"Al menos hasta el 2030 Brasil tiene una holgada amplia disponibilidad de energía propia, lo que no significa más barata", destacó a EFE un experto en el área, que prefirió el anonimato. EFECOM

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