No todos los plumillas tienen la suerte de que el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, les susurre al oído en medio de una cena sus intenciones sobre los tipos de interés. Pocos presentadores de televisión son capaces de influir en el mercado con sus exclusivas y, claro está, en contadas ocasiones el periodista es el centro de la noticia y menos todavía cuando se ponen en duda sus intenciones con algún ejecutivo de un banco como Citigroup.
Chismes aparte, Maria Bartiromo es la reina de corazones de la televisión financiera en Estados Unidos y una mujer que se ha hecho respetar a pulso en un mundo dominado por la testosterona.
En los 90 se convirtió en la muñeca del dinero que revolucionó las hormonas de los inquilinos de Wall Street e incluso Joey Ramone llegó a dedicarle una canción. Ahora, con dos décadas de experiencia a sus espaldas y con la resaca de la peor recesión económica desde la Gran Depresión, Bartiromo reconoce que Estados Unidos es un país "que cree y vive en la euforia". Eso sí, "hemos aprendido de nuestros errores, somos una nación que olvida pronto y un país muy optimista", asegura.
Sus inicios
Adicta al trabajo, sus comienzos en el mundo de las noticias económicas no fue fácil. "Fui la primera persona en hacer directos desde el parqué de la Bolsa de Nueva York y al principio era incómoda para muchos, que no dudaron en decirme que no debía estar allí", asegura a elEconomista.
Café en mano y a tan sólo 25 minutos de capear dos horas de rigurosísimo directo en su programa Closing Bell, Bartiromo deja claro que cuando se refiere a la información financiera "no existen diferencias entre hombres y mujeres, lo importante es tener agallas y saber de qué estamos hablando". "Los televidentes de canales económicos son muy inteligentes y no se les puede tomar el pelo", añade.
Después de codearse con políticos, empresarios e inversores de todo el mundo, esta mujer, que a sus 42 años presume de un salario de siete cifras, presenta este mes su segundo libro: Diez leyes para alcanzar el éxito. Al fin y al cabo, desde su punto de vista, inspirado en líderes como Bill Gates o Jack Welch, "existe una verdadera fórmula para conseguir el éxito". "El trabajo duro y la pasión por el negocio son esenciales", admite, pero aclara que los empresarios que realmente alcanzan la cima "no lo hacen simplemente por hacerse ricos, sino que tienen espíritu emprendedor".
Bartiromo no duda en reconocer que para ser un buen líder "no se puede dirigir por correo electrónico, hay que poner las manos en la masa y trabajar en equipo".
Como testigo de referencia de los entresijos que hicieron temblar los pilares del capitalismo en 2008, esta periodista y economista no pestañea ni un segundo al afirmar que la "deuda" es la principal culpable de lo ocurrido. "Hemos aprendido una lección importante durante los últimos cinco años: no podemos vivir de prestado para siempre", aclara.
Aún así prefiere no señalar culpables: "Todos tenemos culpa; la prensa por no habernos dado cuenta antes; los ciudadanos por comprar casas que no podían pagar; las prestamistas por otorgar créditos tan fácilmente; los grandes bancos por haber asumido demasiados riesgos? al final todos hemos sufrido las consecuencias".
El ahorro
La solución, dice, es sencilla. "Es necesario ahorrar y tener un plan de respaldo. Soy una ahorradora nata, mi madre me enseñó a hacerlo, aunque fuera cambio o monedas en un bote", justifica. "Creo que ese consejo es perfecto tanto para el pequeño como para el gran inversor, por eso sorprende ver la crisis desatada por la deuda de algunos países europeos", apunta.
Esta columnista de BusinessWeek o The Wall Street Journal también se ha dejado seducir por el cine y hará un cameo en la segunda parte de Wall Street, y seguirá sus propios consejos como empresaria: planea lanzar una serie educativa para concienciar a los más pequeños sobre la importancia del ahorro.