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La "extrema negligencia" de dirigentes precipitó a Islandia en la crisis

El muy esperado 'Informe Verdad', sobre la caída financiera de Islandia en 2008, identificó este lunes la "extrema negligencia" del primer ministro y los principales dirigentes de la época, así como al crecimiento fulgurante y desproporcionado de sus bancos, como los responsables del derrumbamiento de la isla del Atlántico Norte.

El informe acusa de "extrema negligencia" al ex primer ministro conservador Geir Haarde, el ex gobernador del banco central David Oddsson -hombre fuerte de la derecha islandesa- y los ministros de Finanzas y Bancos en aquel momento, Arni Mathiessen y Björgvin Sigurdsson, respectivamente.

El informe, de 2.000 páginas, denuncia además a los propietarios de los bancos islandeses privados Kaupthing, Lansdbanki y Glitnir, nacionalizados de urgencia, por haber abusado de sus posiciones con préstamos "inapropiados".

El derrumbamiento del sistema bancario de Islandia fue un fracaso atribuible al país en su conjunto, principalmentes banqueros, reguladores, gobierno y prensa, estimó la primera ministra Johanna Sigurdardottir tras la publicación del informe. "Evidentemente se cometieron errores. Los bancos privados fracasaron, el sistema de vigilancia fracasó, las políticas fracasaron, el gobierno fracasó, los medios de prensa fracasaron, la ideología del libre mercado fracasó por completo", comentó Sigurdardottir, llegada al poder como consecuencia de la crisis.

"Esto ha provocado un cuestionamiento de numerosos elementos de nuestra sociedad. En este contexto, la democracia, la fuerza del derecho y una estrecha cooperación internacional fueron y seguirán siendo nuestras mejores armas", agregó la dirigente social-demócrata, jefa del primer gobierno de izquierda de Islandia.

Islandia, de unos 320.000 habitantes, se vio gravemente afectada en octubre de 2008 por la crisis económica, que provocó la bancarrota de esos tres principales bancos. La crisis sumergió cruelmente en la pobreza a miles de familias otrora prósperas, que hoy se ven obligadas a vivir de la caridad gracias a asociaciones benéficas de distribución de alimentos. La clase media fue duramente afectada por el aumento del desempleo, que pasó bruscamente del 1% al 9% en sólo un año, y por el costo de los créditos.

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