Madrid, 28 abr (EFECOM).- Con el negocio inmobiliario renqueante y la banca tributaria de esta debilidad, la bolsa española bajó esta semana el 4,55 por ciento, el peor resultado semanal desde el comienzo de marzo.
La continuación del desmoronamiento de las compañías inmobiliarias como reflejo del colapso en que incurrió la semana anterior y ésta, uno de los fulgurantes astros del sector, Astroc, condicionó la evolución bursátil.
La constatación de que la actividad inmobiliaria empezaba a enfriarse, como reflejaban el descenso en el precio de la vivienda y en la concesión de hipotecas, golpeó a todas las compañías del sector y a sus prestamistas, los bancos.
Para colmo de males, la bolsa partía de una situación viciada, pues el viernes anterior había alcanzado el máximo histórico en 15.080 puntos, con la fingida ayuda del vencimiento de los contratos de futuros.
Las malas noticias que procedían del sector inmobiliario estadounidense aumentaban esta percepción de crisis y sumergían a la bolsa en el más negro de los pozos.
La bolsa no atendía a las buenas noticias que llegaban de Wall Street de la mano de los resultados económicos de muchas empresas, como ATT, Exxon y Microsoft, entre otras, y el martes bajaba casi el 3 por ciento y se situaba en niveles de finales de marzo. Deshacía lo conseguido en abril.
Tras dos sesiones a la baja, la bolsa obrera se lavaba y conseguía una pequeña subida con la ayuda de la confianza en la evolución de la economía germana y de Wall Street, que superaba el nivel histórico de 13.000 puntos, al bajar la petición de subsidios semanales de desempleo y publicarse nuevos resultados empresariales.
El "ladrillazo" final llegó el viernes, cuando los impuestos que le cargaban a Repsol y Gas Natural en Argelia y la opa que presentará BSCH, Fortis y Royal Bank of Scotland sobre ABN Amro, lastraron a la bolsa, que también se debilitó por el escaso crecimiento estadounidense en el primer trimestre, el 1,3 por ciento.
Ninguno de los 35 valores que componen el principal indicador de la bolsa española, el Ibex-35, concluyó esta semana con ganancias.
El principal descenso correspondió a Sacyr Vallehermoso, con un retroceso del 11,28 por ciento, perjudicada por los problemas del sector inmobiliario y por la oposición de Eiffage, de la que posee el 33 por ciento, a entrar en su consejo, lo que le ha obligado a presentar una opa por la empresa francesa.
En el maremoto inmobiliario-constructor también sucumbió FCC, que bajó el 10,16 por ciento, y algunas entidades financieras, como Bankinter, que cayó el 8,12 por ciento o el Banco Popular, con un retroceso del 7,44 por ciento, en previsión de que los problemas con el "ladrillo" acaben incrementando los impagos y la morosidad bancaria.
Los valores refugio por excelencia resultaron los menos perjudicados, ya que Altadis perdió el 0,08 por ciento, en tanto que Endesa cayó el 0,12 por ciento.
Del resto de los grandes valores destacó la caída del 5,6 por ciento de Repsol; BBVA cedió el 5,29 por ciento; Iberdrola, el 4,89 por ciento; Banco Santander Central Hispano (BSCH), el 4,62 por ciento, y Telefónica, el 2,76 por ciento.
La próxima semana, el Ibex-35 partirá del nivel de 14.403,60 puntos y los inversores, que no estarán ocupados el día 1 por la celebración del Día del Trabajador, estarán pendientes de diversos resultados empresariales, así como de los datos de actividad industrial y del sector servicios estadounidense. EFECOM
jg/rl
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