
Ignacio Sánchez Galán cumple este jueves su primer año como presidente de Iberdrola -aunque como como consejero delegado ya lleva seis- y lo hace de la mejor forma que podía imaginar: ha convertido a la compañía en la primera eléctrica del mercado bursátil español, lugar que en 2006 ocupaba Endesa.
Gracias a la fusión con la escocesa Scottish Power, que se hace efectiva mañana, Iberdrola (IBE.MC) es un gigante con una capitalización en torno a los 43.500 millones de euros, un 90 por ciento más que hace tan sólo un año, y ocupa el cuarto puesto por tamaño dentro del Ibex, frente al sexto de 2006.
Pero eso no es todo. La nueva eléctrica habría tenido un beneficio neto de 3.000 millones de euros en 2006, una cifra mucho más sustanciosa que los 1.380 millones de euros de finales de 2005 y en línea con lo que ganó la empresa presidida por Manuel Pizarro el año pasado.
Frenar a ACS
Con esta estrategia, Ignacio Sánchez Galán ha intentado matar dos pájaros de un tiro: ganar tamaño en plena consolidación del sector y poder abortar así una posible fusión entre Iberdrola y Unión Fenosa (UNF.MC). Y es que Florentino Pérez, presidente de ACS (ACS.MC), irrumpió en Iberdrola en septiembre de 2006, al adquirir un 6,31 por ciento del capital -en la actualidad ya ronda el 13 por ciento-, con la idea de unirla con Fenosa, donde la constructora ya posee un 40 por ciento. Ante esta delicada situación, Sánchez Galán realizó la mayor compra de la historia de la eléctrica para no ser una presa fácil ante una oferta hostil.
Por si fuera poco, también ha buscado un núcleo duro de accionistas que le apoye ante posibles dificultades. Así, se han unido a la causa Urende, la compañía dirigida por la familia cordobesa Sánchez-Ramade, con un 1,07 por ciento del capital; el empresario inmobiliario granadino Nicolás Osuna, con un 1,43 por ciento de la eléctrica; Unicaja -la Caja de Ahorros de Ronda, Cádiz, Almería, Málaga y Antequera-, que ya tiene casi el 2 por ciento; Bancaja, con un 2,26 por ciento; y el vicepresidente de Iberdrola , Juan Luis Arregui, con un 2,6 por ciento, el consejero con mayor capital en la eléctrica.
Estos nuevos inversores se unen a la BBK, que ya posee un 10 por ciento del capital, a Santander, con un 1,2 por ciento, y a Esther Koplowitz, con un 2 por ciento.
Sin embargo, algunos expertos consideran que la lucha entre Florentino y Sánchez Galán todavía continúa, ya que el primero podría estar buscando algún empresario que le ayude a incrementar su participación en Iberdrola para poder controlar la eléctrica. "No descartamos que ACS siga comprando acciones para estar mejor colocada ante una integración entre las dos compañías", comenta el banco de inversión Dresdner.
Batalla perdida
Sin embargo, en todo este año al frente de la eléctrica, Sánchez Galán no ha sabido granjearse el apoyo de las firmas de inversión en mayor medida que el de los inversores. Los brokers valoran a Iberdrola bastante por debajo de su cotización. El consenso fija el precio objetivo en 34 euros, un 8,9 por ciento por debajo del cierre. Algunos expertos aseguran que el problema reside en que la ley británica no permite a Iberdrola explicar cuáles son sus perspectivas futuras con Scottish Power, una pregunta vital para el desarrollo de las valoraciones sobre la eléctrica. Mientras tanto, Iberdrola es la más cara del sector para los expertos. Si se tiene en cuenta el PER (veces que el beneficio está incluido en el precio) éste se encuentra en las 19 veces, frente a las 17,4 veces de Endesa o a las 17 de Unión Fenosa. A menor PER, más atractiva es una empresa.
La cita más importante para la compañía es el próximo 26 de abril, cuando esclarecerá algunos puntos de la integración y de los negocios de ambas empresas. Y además, se dará a conocer su beneficio neto del primer trimestre, que podría rondar los 458 millones de euros.