
Shanghái (China), 25 mar (EFE).- El cineasta español Bigas Luna, uno de los tres creadores de los contenidos que tendrá el pabellón de España en la Exposición Universal de 2010 en Shanghái, llenará el primer espacio que verán los visitantes de impactantes imágenes y "sensaciones".
"Quiero que los chinos que entren en nuestro pabellón se imbuyan en pocos minutos de nuestro país, que se bañen de ADN ibérico", explicó hoy a Efe Bigas Luna, cuyo espacio "es una sala de sensaciones" que trata de transmitir en imágenes "el origen" de lo español.
A esta primera sala del pabellón se suman otras dos: una sobre los cambios en las ciudades españolas, creada por Basilio Martín Patino, y una final sobre su futuro, concebida por Isabel Coixet.
Una gruta audiovisual recibirá a los visitantes con unas pantallas envolventes sobre las que irán sucediéndose proyecciones gigantes, de las cuevas de Altamira a Pau Gasol, de las masas de los Sanfermines al movimiento pendular del botafumeiro compostelano, o del fútbol a la mezquita de Córdoba.
No faltarán dos de las tradiciones españolas que más fascinan al público chino, el flamenco y los encierros, mezclados con las olas de los mares que bañan las playas ibéricas y el "Guernica" de Picasso.
Unas imágenes de una bailarina de flamenco serán proyectadas mientras otra bailarina de carne y hueso aparecerá para danzar una breve "atapuerqueña" entre 600 huesos de toro y 600 chalapartas (palos de percusión vasca).
Bigas Luna concluye con una pelota botando un "icono del siglo XXI", que va apagando la proyección para conducir al público hasta una pantalla donde los raquetazos del tenista Rafael Nadal llevan al visitante a la siguiente sala.
El cineasta asegura que ha pensado mucho en cómo lo verán los chinos, "pero claro, yo no soy chino", por lo que ha creado el espectáculo "en la manera en la que sé hacerlo, poniendo lo que a mí me apasiona".
La aparición de los huesos pude sorprender al público local, que los considera de mal augurio, pero el cineasta los incluyó sin saberlo porque "me fascinan, tenían que estar".
"Para mí el hueso es un elemento de una gran belleza y de reflexión", explicó, porque "incluso cuando medito, uno de mis ejercicios es que yo me vuelvo todo huesos y estos pasan a ser polvo y se van, así que para mí son un símbolo importante, muy positivo", explicó.
Está previsto que el recorrido por las tres salas en las que el pabellón desglosa su lema "De la ciudad de nuestros padres a la ciudad de nuestros hijos" sea de unos 20 minutos, para permitir un flujo rápido de visitantes.
La muestra española es una propuesta audiovisual que apela a la emoción a través de la imagen y la música, por lo que no hay cabida para los carteles escritos ni para la voz en ningún idioma.
Por su parte, la arquitecta del pabellón, Benedetta Tagliabue, mostró a Efe su satisfacción por el resultado, y señaló que "intenta condensar un poco las características españolas, sin ser exótico, pero con una estructura muy compleja" de formas onduladas y fachada de mimbre que lo convierten en uno de los más llamativos de la Expo.
Tagliabue explicó cómo, a la manera de las pinturas con poemas tradicionales de China, los colores de la fachada tratan de sugerir partes de varios caracteres chinos, como "mañana", "todo", "unir", "sol", "luna", "cielo" o "bosque", que "resumen la relación entre España y China".
El pabellón de España podrá acoger a 30.000 personas diarias como máximo, y sus responsables calculan que durante los seis meses de duración de la Expo de Shanghái, que comienza el 1 de mayo, pasarán por el pabellón unos cinco millones de visitantes.
Hasta la Expo de Shanghái acudirán el grupo musical Fito y los Fitipaldis, la compañía de Antonio Gades con su montaje "Carmen" y el grupo teatral Els Comediants.
Además, la Compañía Nacional de Teatro de China interpretará en mandarín una adaptación de "El Quijote" en el principal teatro de Shanghái.
El espacio español es uno de los pabellones nacionales más grandes del evento, con 7.624 metros cuadrados construidos, en el que se han utilizado 8.524 paneles de mimbre para recubrirlo en homenaje al arte de la cestería española.
Su presupuesto total es de 55 millones de euros (73 millones de dólares), 11 millones de euros (14 millones de dólares) menos de lo proyectado en un principio debido a la crisis económica.
Sólo para la construcción se han destinado 22 millones de euros (29 millones de dólares), mientras que 16 millones de euros (21 millones de dólares) se han gastado en el diseño e instalación de los contenidos y el resto se empleará, sobre todo, en el programa de actividades, la parte del proyecto más afectada por el recorte presupuestario.