Bolsa, mercados y cotizaciones

La CNMV se lava las manos y permite a Sonae aniquilar a la 'Guerrilla de Tafisa'

Los minoritarios, que suman un 3,65% del capital, no tienen la intención de vender sus títulos. Foto: Archivo
Durante los últimos meses se ha hablado más que nunca de un tema que concierne a todos los inversores: la protección de los accionistas minoritarios. Todos, partidos políticos, representantes del Gobierno y miembros de la CNMV han reiterado su deseo de reforzar las leyes en este sentido.

Sin embargo, el pasado viernes el organismo regulador de los mercados españoles dio un paso atrás dejando indefensos a los pequeños inversores ante la opa lanzada por Sonae Industria sobre Tafisa (TFI.MC).

Los minoritarios se alzan contra Sonae

Probablemente, el caso de los minoritarios de Tafisa se trate de un ejemplo a seguir entre los pequeños inversores españoles. Pocas veces unos accionistas de a pie habían plantando tanta batalla a una gran empresa como Sonae Industria, filial de la telefónica portuguesa.

Seguramente por eso se hicieron llamar la Guerrilla de Tafisa, gente corriente que, ante lo que ellos consideraban "un robo manifiesto", se unieron hasta el punto de organizar asambleas, preparar informes de valoración al más puro estilo de JPMorgan o Morgan Stanley, presentar documentación ante la CNMV o incluso querellarse judicialmente. Sin embargo, el vigilante los mercados españoles hizo el pasado viernes 13 de abril oídos sordos de sus reclamaciones dejándoles a merced de la opa portuguesa.

Su rebelión

El 28 de julio de 2006, la portuguesa Sonae Industria -máximo accionista de Tafisa con un 91,16 por ciento de su capital- anunció su intención de lanzar una opa sobre la empresa española para excluir el 8,84 por ciento de los títulos que no poseía del parqué. Hasta ahí bien. El problema se originó con el precio que Sonae establecía como el idóneo para que los poseedores de ese porcentaje renunciasen a sus acciones: de 1,54 euros.

Pero no todos los accionistas de Tafisa piensan como Sonae acerca de esta valoración. De ahí que un pequeño número de inversores, uniéndose a través de los foros de Invertia, decidió plantar cara al gigante portugués. Desde entonces, este grupo no ha parado ni un solo día en su empeño.

Primero, buscaron el apoyo de más accionistas. Ahora, frente al 0,25 por ciento inicial, reúnen más de 16 millones de acciones, un 3,65 por ciento de la compañía: ¡el 41,35 por ciento al que se dirige la opa!

Como segunda medida, trataron de darse a conocer dentro del mundo bursátil, para lo que contactaron con los medios de comunicación, acudieron a congresos de la materia e incluso se aliaron con otros grupos minoritarios de bolsa.

Batalla legal

Y como tercer paso, decidieron jugar todas sus bazas legales. Acudieron hasta seis veces a la CNMV presentando documentación en contra de la opa. Como un informe de valoración propio contrario al del Santander presentado por Sonae, incluyendo en éste dos informes independientes -uno de BPI y otro de… ¡la casa de análisis de Santander en Portugal- en el que expertos bursátiles alababan los beneficios que el 100 por 100 de Tafisa reportará a Sonae Industria. Más tarde se personaron en los juzgados de la madrileña Plaza de Castilla para presentar una querella.

Pero todos estos esfuerzos, realizados durante los últimos nueve meses con la esperanza de una mejora en el precio de la opa, están más próximos que nunca de caer en el olvido ante la desatención de su supuesto protector, la CNMV.

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