Madrid, 13 abr (EFECOM).- La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) alertó hoy del exceso de regulación que sufren las entidades financieras españolas y calculó que las normas innecesarias existentes en la actualidad restan anualmente 4.000 millones de euros de los beneficios del sector, casi una cuarta parte.
Así lo afirmó hoy en su intervención en el "XIV Encuentro del Sector Financiero", organizado por Deloitte y ABC, el presidente de la CECA, Juan Ramón Quintás, quien pidió a los reguladores un esfuerzo para hacer una "regulación más razonable", "más "simplificada" y "menos dispersa".
Como aspecto fundamental, Quintás pidió la redacción de una nueva Ley General Bancaria, en la que se unifiquen las veinte normas que actualmente regulan a las entidades financieras y se elimine todo lo que sobra y es redundante.
Además, propuso que se unifiquen algunos aspectos de las normativas de las comunidades autónomas, como la publicidad y la obra social, y las de los diferentes países de la Unión Europea, como los fondos de garantía de depósitos.
Con la desaparición de las normativas "eliminables" y "excesivas" y la unificación de las restantes, las entidades españolas podrían ahorrarse esos 4.000 millones de euros, lo que se traduciría "en una reducción de precios y de comisiones", en un incremento de los beneficios de las entidades y en una mayor competencia entre ellas.
El presidente de la CECA cree que España, que tiene uno de los mejores sistemas financieros en el mundo y "equipos magníficos" en el Banco de España y el Ministerio de Economía, debería abanderar a nivel internacional este proceso de acabar con la hiperregulación y dar ejemplo al resto de países, como hace en otros aspectos de este negocio.
Lo primero que tendrían que hacer los reguladores, a su juicio, es analizar profundamente cuánto cuesta aplicar la regulación que pretende imponer y ver si los costes superan los beneficios que se quieren conseguir, circunstancia que ocurre en muchas ocasiones sin que el regulador se dé cuenta.
Una vez conseguido el objetivo de normas más simples, el reto debería ser alcanzar un mayor nivel de autorregulación, algo que se ha demostrado muy válido en el reciente diseño de SEPA (Zona Única de Pagos), recalcó Quintás, quien abogó por una mayor información y educación, una legislación más "blanda" y una revisión profunda del procedimiento de elaboración de leyes.
Y es que con la situación actual las entidades financieras españolas "van a sudar sangre este año intentando hacer frente a las nuevas regulaciones que se les vienen encima", ya que en pocos meses tendrán que afrontar la entrada en vigor de Basilea II y de la MIFID, y además tienen que enfrentarse constantemente a mayores exigencias que el resto de países de su entorno, dijo Quintás. EFECOM
vzl/mdo
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