
Washington, 26 feb (EFE).- El director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, propuso hoy que la entidad asuma atribuciones de un banco central mundial, inclusive con la creación de una moneda propia que podría un día reemplazar al dólar como divisa de reserva.
El ex ministro francés planteó su visión de futuro para el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un discurso en la Conferencia Anual de Bretton Woods, bautizada con el nombre de la pequeña localidad estadounidense donde se fundó ese organismo en 1944.
Su propuesta devolvería al FMI en cierta medida a sus orígenes, al mover su atención hacia la preservación de la estabilidad del sistema financiero mundial, en lugar de la preocupación actual con la política económica a nivel de cada país.
"Lo que buscamos es un nuevo enfoque y la capacidad para lidiar con riesgos sistémicos", dijo Strauss-Kahn.
Una vulnerabilidad del entramado económico es la dependencia del dólar como divisa de reserva, según sus expertos.
"La crisis ha puesto un signo de interrogación sobre la estabilidad a largo plazo en el centro emisor de reservas", dijo un alto funcionario del FMI, que no quiso ser identificado.
Una inquietud similar ha expresado China, cuyo banco central atesora más de 2 billones de dólares.
Tanto Pekín como Moscú han pedido la eventual creación de una moneda que reemplace al billete verde como activo preferido de las cajas fuertes públicas.
Strauss-Kahn se hizo eco hoy por primera vez de esa sugerencia al admitir que tener varias monedas de reserva reduciría la dependencia actual del planeta "de las políticas y la situación de un país único, aunque dominante", es decir, Estados Unidos.
Afirmó que un día el FMI podría emitir una divisa de reserva, al estilo de sus actuales Derechos Especiales de Giro, que es una moneda virtual basada en una canasta compuesta por el dólar, el euro, el yen y la libra esterlina.
"Ese día aún no ha llegado, pero creo que es saludable a nivel intelectual explorar este tipo de ideas ahora", aseveró.
La emisión de moneda no es la única función de la Reserva Federal que el FMI ansía.
La gerencia del organismo propuso hoy en un informe el establecimiento de las llamadas "Líneas de Crédito Multipaís", que funcionarían como los acuerdos de intercambio de moneda ("swap lines") extendidos por el banco central estadounidense durante lo peor de la crisis a México, Brasil, Corea del Sur y Singapur.
En momentos de fuerte marejada en el sistema financiero, el Fondo, que cuenta con una hucha de más de 850.000 millones de dólares, simplemente anunciaría de forma unilateral la apertura de esa línea para ciertos países con buenas políticas económicas.
Eso evitaría el "estigma" que acarrea llamar a su puerta en busca de ayuda, explicó el alto funcionario de la entidad.
Los inversores ven al organismo como la fuente de financiación de último recurso, por lo que los Gobiernos son renuentes a acudir a su ventanilla para no correr el riesgo de que los mercados concluyan que nadie más les da crédito.
La transformación institucional propuesta hoy por Strauss-Kahn viene acompañada de cambios intelectuales.
Uno de ellos se refiere al uso de controles de capital, que en el pasado siempre habían causado ceños fruncidos en el imponente edificio del FMI en la Avenida Pensilvania.
Aunque no los considera una panacea, Strauss-Kahn dijo que son una medida apropiada para impedir una subida excesiva del tipo de cambio y cuando el banco central no tiene necesidad de acumular más reservas de divisas.
Brasil ha impuesto esos controles para frenar la gran entrada de capital extranjero y en ese sentido el jefe del Fondo alertó que ese país, Indonesia y otros mercados emergentes "están en riesgo real de tener burbujas" en el precio de los activos.
La crisis ha demostrado la peligrosidad de los movimientos internacionales de dinero y de los vínculos bancarios a nivel mundial, y por ello el Fondo propuso también ampliar sus labores de vigilancia, hasta ahora restringidas a análisis en profundidad de la situación económica de países por separado.
Strauss-Kahn reconoció que la Reserva Federal y otros bancos centrales y no el Fondo fueron la "primera línea de defensa contra la crisis". Con las propuestas presentadas hoy pretende que la entidad que dirige no vuelva a quedarse en las talanqueras.