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Wall Street lanza un mensaje a Obama: da dinero a los republicanos

En contra de lo que muchos piensan, Wall Street ha apoyado tradicionalmente al partido demócrata, al igual que Hollywood o Silicon Valley. El sostén de los republicanos ha venido del llamado "conglomerado militar-industrial" (Halliburton y Rockwell). Pero ahora, la banca amenaza con dejar de apoyar a los demócratas si el presidente aprueba las leyes en su contra.

Este apoyo tradicional ha alcanzado su máxima expresión con Obama, que recaudó un récord de 89 millones de Wall Street para su campaña y es amigo personal de numerosos presidentes y altos ejecutivos de la banca de inversión, en algunos casos desde la infancia.

Sin embargo, esta relación histórica se está dando la vuelta por las normas propuestas por el presidente para meter en cintura a Wall Street tras la crisis que puso al sistema financiero mundial al borde del colapso en 2008 y 2009. De hecho, algunos de los mayores contribuidores a la campaña de Obama empiezan a dar la mayor parte de su dinero a los republicanos, en un claro mensaje de lo que le espera al presidente si sigue adelante con sus propuestas.

El caso más paradigmático es el de JP Morgan. Si consejero delegado, Jamie Dimon, es amigo de Obama de Chicago, frecuenta la Casa Blanca y es un gran donante demócrata. Su vicepresidente, William Daley, fue un alto cargo con Clinton y asesor de Obama durante el traspaso de poderes. Y a pesar de todo, este año el banco ha rechazado las demandas de los comités de campaña demócratas para el Congreso y el Senado y ha dado 30.000 dólares a los republicanos.

Por supuesto, los republicanos no han perdido el tiempo para capitalizar el "arrepentimiento" de Wall Street con los demócratas. Los ejecutivos del sector y los lobbies están avisando al presidente que, si sigue atacando a la industria, ésta contraatacará retirándole su dinero. Su argumento es que, aunque entienden el descontento popular por el elevado paro y que la gente quiera ver que se castiga a los culpables, la retórica de Obama es demagógica y populista, y sus medidas serán perjudiciales para la recuperación económica al restringir la capacidad de la banca para financiar a las empresas y familias.

"Washington espera que puede tratarnos a patadas y que les vamos a seguir dando dinero. Ese juego se ha terminado", asegura a The New York Times un alto cargo de un banco de inversión que prefiere el anonimato. De hecho, los 'recaudadores' demócratas aseguran que les atacan desde todos los frentes. Los republicanos dicen "ya os lo dijimos" y los donantes querrían recuperar su dinero.

Incluso los mayores fans del presidente, que están de acuerdo con la necesidad de reformar el sistema financiero, se han cansado de "ser la piñata de la fiesta", en palabras de Thomas Nides, ejecutivo de Morgan Stanley.

La batalla de Obama contra Wall Street comenzó el año pasado con las propuestas para limitar los salarios y para crear una comisión de protección del consumidor. El enfrentamiento subió de tono cuando calificó de "obscenos" los bonus de los banqueros de inversión. Y ha alcanzado su nivel más alto con el impuesto a los mayores bancos por su responsabilidad en la crisis y la 'Ley Volcker' que prohíbe el trading por cuenta propia en las entidades con negocios de banca comercial.

"Si el presidente quería que todo demócrata de Wall Street se volviera republicano, lo está haciendo todo bien", sentencia otro miembro del lobby.

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