
Por una parte, los datos macroeconómicos que se van publicando en todo el mundo tienen un sesgo optimista a pesar de que de vez en cuando alguno sorprenda negativamente.
Por otra, el entorno económico de muchos países hace que se genere incertidumbre sobre la sostenibilidad de determinadas situaciones. En medio en este escenario, las cotizaciones de las materias primas se ven presionadas tanto al alza como a la baja. Todo son preguntas: ¿Aumentará la demanda por el crecimiento? ¿Disminuirá si volvemos a las dudas?