El presidente de la Eurocámara dice que la protección de las empresas nacionales "no es nada nuevo", pero el ambiente actual ayuda a ello
MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, argumentó hoy que el decreto que amplía las competencias de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) no puede sufrir reproches por parte de la Comisión Europea, ya que esta norma consiste "en parte" en una transposición de la directiva europea.
En declaraciones a Onda Cero recogidas por Europa Press, Borrell consideró que el Gobierno "ha tenido mala suerte desde el punto de vista de imagen porque parte de estas modificaciones introducidas por decreto ley en realidad son transposición de normas que tenían que haberse traspuesto hace tiempo". El presidente del PE se refería al decreto de aumento de competencias de la Comisión Nacional de la Energía aprobado por el Ejecutivo tras conocerse la OPA de E.ON sobre Endesa.
"El retraso con el que se suelen hacer estas cosas ha hecho coincidir y dar la sensación de que algunas de estas medidas se tomaban con la finalidad expresa de impedir algo", añadió, precisando que por ello, en el caso de las medidas que son transposición de directivas europeas, la Comisión Europea "no podrá reprochar nada a España".
Por otro lado, Borrell consideró que el actual "sentimiento europeo de protección de las empresas de los sectores estratégicos" no es un fenómeno nuevo. Sin embargo, añadió, en la actualidad se ha producido un "ambiente muy propicio" para ello ya que tras el enfrentamiento entre Rusia y Ucrania por el gas ha llevado a los europeos ha darse cuenta de que el sector de la energía es "crítico".
Actualmente, señaló Borrell, "hay en Europa un sentimiento de defensa de las empresas del país en sectores estratégicos". Pero, añadió, "eso ha pasado siempre, no es nada nuevo, cada vez que ha habido un intento por parte de la empresa de un país de comprar la del otro ha habido una reación". Esto, según Borrell, ha pasado antes en otros sectores como el de la alimentación, el farmacéutico o el bancario, "y ahora de la electricidad".
"¿Por qué ahora toma una dimensión mayor? Porque el ambiente es muy propicio a ello" ya que, recordó, "hace muy poco nos despertamos con el susto del gas ruso que podía no llegar porque había un problema con Ucrania". "De repente, los europeos nos hemos dado cuenta de que esto de la energía es muy crítico, muy estratégico y que nos podemos encontrar con que un día abramos la llave del gas y no haya nada y eso es lo que ha creado este ambiente", añadió.
Según Borrell, aunque hay "multitud de ejemplos donde ha habido una reacción de este tipo", eso no lo justifica y de hecho, dijo, el Parlamento Europeo "está preocupado por esta tendencia de patriotismo económico". Para el presidente de la Eurocámara, países como Italia o Francia son buenos ejemplos de ello.
El problema, en su opinión, es que "en materia de electricidad, de energía, el mercado único europeo es más un deseo que una realidad", ya que "los mercados no están interconectados". "Hay que reconocer que la liberalización de la electridad no ha traído los beneficios que se esperaban" como la bajada de los precios, el aumento de la calidad del servicio o "el aumento en la competitividad que esperábamos todos del desmantelamiento de monopolios estatales para pasar a empresas privadas".
En opinión de Borrell, "costará mucho que haya un mercado europeo" puesto que "hay muy poca competencia en el sector eléctrico". "Aunque a la Comisión Europea le gustaría que hubiese más competencia y con ella más competidores, la realidad es que las fusiones van a continuar", auguró, subrayando que "estas fusiones entre competidores de un mismo país o de otro país no han hecho sino empezar".