
El papel de los Gobiernos de las economías más avanzadas se asemeja a unos juegos malabares, tratando de conjugar el saneamiento de sus sistemas con unas cuentas públicas en continuo deterioro.
Prueba de ello es el Reino Unido, que ha aprobado un gravamen sobre los bonus (más de 27.650 euros) con el objetivo que los bancos den prioridad al fortalecimiento de sus ratios y financiar el empleo entre los jóvenes con el montante recaudado. Por cierto, han aumentado los anuncios tipo "banquero británico busca empleo fuera de la isla".