
Tokio, 26 nov (EFE).- El dólar cayó hoy en Tokio hasta la banda de los 86 yenes, su nivel más bajo en catorce años, lo que desató las alarmas en las grandes empresas exportadoras niponas y dejó al Gobierno cerca de una posible intervención en el mercado de divisas.
Al término de la jornada el dólar se compraba en el mercado tokiota a 86,78 yenes, tras haber tocado los 86,30 yenes, el mínimo desde 1995, cuando llegó a deslizarse por debajo de los 80 yenes en medio de la rivalidad comercial entre Japón y EEUU.
Detrás de este desplome de la moneda verde están las previsiones de una reactivación lenta de la economía estadounidense y de que la Reserva Federal mantendrá los tipos de interés extremadamente bajos por un tiempo -desde el pasado enero están entre el 0 y el 0,25 por ciento-.
"Si el yen sigue subiendo a un ritmo acelerado, no hay duda de que habrá un impacto en la economía" de Japón, advirtió el portavoz del Gobierno, Hirofumi Hirano, antes de admitir que la robustez del yen podría llegar a influir en los próximos presupuestos generales.
Por su parte, el titular de Finanzas, Hirohisa Fujii, aseguró que el Gobierno tomará las "medidas adecuadas" para prevenir movimientos "anómalos" en el mercado de divisas, aunque indicó que, por ahora, se limita a vigilar "muy de cerca" los mercados.
Desde hace meses el Ejecutivo nipón ha dejado entrever la posibilidad de una intervención en el mercado de divisas para estabilizar la cotización del yen, que ha puesto en alerta a la compañías exportadoras, uno de los principales motores de la economía de Japón.
Inmersas en recortes de gastos y reestructuraciones para afrontar la crisis, grupos exportadores como Toyota, Honda o Sony temen que sus esfuerzos para consolidar la recuperación queden ahora reducidos a la nada por culpa del cambio monetario.
En sus previsiones para este año fiscal, muchas empresas contaban con un cambio de referencia de entre 90 y 95 yenes por dólar, pero la actual fortaleza de la moneda local hace que vean mermados sus beneficios en el extranjero al repatriarlos.
Toyota Motor, por ejemplo, asumía que el dólar cotizaría en la banda de los 90 yenes en la segunda mitad del año fiscal, y una diferencia de solo 1 yen supondría cambiar sus previsiones de beneficios operativos anuales en 25.000 millones de yenes (190 millones de euros), según la agencia Kyodo.
"El actual nivel del yen es extremadamente problemático. Un yen más fuerte podría ser el detonante de una recesión profunda", indicó el presidente de la Federación Japonesa de Hierro y Acero, Shoji Muneoka, citado por Kyodo.
Japón, la segunda economía mundial, salió en el segundo trimestre de este año de su peor recesión tras la Segunda Guerra Mundial y se encuentra en una incipiente recuperación que, no obstante, está aún amenazada por la persistente deflación.
Una divisa fuerte puede prolongar el problema de la deflación nipona, dado que a su vez contrae el consumo interno porque los compradores se refrenan a la espera de precios más bajos en el futuro.
El estímulo de la demanda interna es uno de los objetivos del actual Gobierno nipón, que llegó al poder a mediados de septiembre con un programa electoral que, entre otras cosas, proponía reorientar la economía para hacerla menos dependiente de las exportaciones.