
El mal momento que viven las cajas de ahorros está haciendo especial mella en el parqué español. Las financieras, que eran las amas de llaves de la bolsa , se están desprendiendo de un porcentaje importante de sus participadas para conseguir liquidez.
Tal es la situación, que su poder se ha visto mermado más de un 40% en menos de dos años, hasta tener ahora casi un 5% del parqué, frente a más del 6,5% que llegaron a poseer en los buenos tiempos de 2007. La falta de liquidez en el sector financiero, junto con el deterioro de las condiciones económicas en España y, especialmente, la crisis inmobiliaria que vive el país han hecho que muchas cajas de ahorros tengan que reducir sus posiciones para conseguir capital. Las entidades tienen que reforzar su estructura financiera vía desinversiones industriales para poder evitar así el deterioro de su cartera crediticia.
Además, de forma indirecta sus inversiones fiancieras se han depreciado en los últimos dos años ante la fuerte caída que ha sufrido el mercado, que recorta de media más de un 25% desde los máximos. Esta delicada situación es la que ha provocado que en la actualidad las cajas de ahorros tengan 28.218 millones invertidos en empresas cotizadas, frente a los casi 49.000 millones de euros de 2007, lo que supone poseer ahora un 4,82% del Índice General de la Bolsa de Madrid, que tiene una capitalización conjunta de 583.000 millones de euros.
Si hace apenas dos años las cajas sobresalían como las mayores propietarias de la renta variable española, en el último año y medio han dado un volantazo de 180 grados para reorganizar sus participadas, deshacerse de las menos estratégicas y coger los mandos de sus buques insignias.
Desinversiones generalizadas
Uno de los ejemplos más palpables ha sido el desarrollo que ha tenido el holding industrial de Caja Madrid. Si en 2008 ya se desprendió de su casi 10% de Endesa, que le reportaba importantes plusvalías, la semana pasada tuvo que decir adiós al 2,9% de Bankinter. Todavía posee más de 2.600 millones de euros invertidos en empresas cotizadas españolas, frente a los 5.500 millones de euros que llegó a tener en 2007. No obstante, en este periodo también ha querido hacerse fuerte en sus estandartes, como se ha podido ver en Mapfre o Iberia, en la segunda con un interés más político que financiero de cara a la fusión. En la aseguradora tiene un 15% , mientras que en la aerolínea pasó de tener un 9% al casi 23%. De ahí que ahora será determinante para decidir la posible fusión con la británica BAA.
Con todos estos ajustes, Caja Madrid controla menos de un 0,5% del parqué español. Esta entidad tiene entre sus proyectos pendientes sacar al mercado su cartera financiera, Cibeles, como hizo a finales de 2007 La Caixa con Criteria. Sin embargo, la delicada situación de los mercados de crédito y la incertidumbre que ha padecido la entidad ante la sucesión de su presidente han paralizado este plan en el último año y no tiene visos de aprobarse en lo que queda de ejercicio.
CAM y Caja Murcia siguen el mismo curso
Pero Caja Madrid no ha sido la única que ha recortado su peso en el mercado. Esto también se ha repetido en Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). La entidad posee ahora un 5,34% en Natra y un 6,01% en Sol Meliá, ya que ha tenido que decir adiós al 5% que controlaba en Unión Fenosa, al 5% de Enagás y al 1,7% de Abertis. No obstante, esto no coge de sorpresa a las firmas de inversión, que en 2008 ya avisaron de este posible descenso de sus participadas ante el recorte del rating que estaba sufriendo la entidad y el agudo deterioro de la economía.
Tampoco pasan desapercibidas las desinversiones que ha hecho Caja Murcia en los últimos dos años, que han provocado que ahora tenga invertidos 380 millones de euros en la bolsa , frente a los casi 1.000 millones que llegó a poseer del parqué español hace un par de ejercicios. Y es que esta financiera se ha deshecho en el mercado de un 1% de Ence, un 1% de Uralita, un 1% de Tubacex y un 1,3% de Abertis.
La Caixa, con más poder
Junto a estas desinversiones existen entidades que han querido mantener su fortaleza en el parqué español, como es el caso del holding industrial de La Caixa. Criteria posee un 2,72% de todo el mercado, lo que supone tener invertidos casi 16.000 millones de euros en la bolsa . Así, se convierte en la caja que más poder tiene en España, ya que las participadas del resto de cajas no superan el 1% del Mercado Continuo.
Esta fortaleza se debe, sobre todo, a sus apuestas por Gas Natural y Telefónica, que ahora alcanzan un valor en mercado de 4.000 millones de euros cada una. Tras la fusión de la gasista con Unión Fenosa, Gas Natural tuvo que hacer una ampliación de capital, a la cual acudió Criteria, y que le ha permitido situar su porcentaje en la compañía en el 37,49%.
También es relevante el capital que posee en Telefónica: un 5,01%. La operadora ha subido más de un 20% desde el 1 de enero, en línea con el Ibex 35, con lo que se encuentra a menos de un 1% de los máximos anuales. Esto ha permitido a Criteria conseguir unas importantes plusvalías, que además se ven complementadas por una política de dividendos que supera el 6%. Tampoco hay que olvidar el 25% que tiene de Abertis, el 12% de Repsol y el 5 de BME.
Recortes en el mercado
De hecho, en las últimas semanas ha hecho un cambio de jugada. Aunque ahora controla el 44% de Aguas de Barcelona, esta cifra desaparecerá en los próximos meses. Y es que con la adquisición que realizó el grupo catalán por Adeslas a principios de mes por más de 1.100 millones de euros, tuvo que ceder el control de Aguas de Barcelona (Agbar) a Suez. De esta forma, Suez ha anunciado que lanzará una opa de exclusión sobre las acciones de Agbar que cotizan en la bolsa .
En el marco de esa oferta, el grupo inversor participado por La Caixa venderá a Suez parte de su participación en Agbar, entre un 29% y 19%, en función de la aceptación de la opa, ejecutando así la primera gran desinversión en su cartera de participadas industriales.
Junto a Gas Natural y Abertis, la concesionaria del agua de la ciudad de Barcelona era uno de los pilares industriales de la caja, pero tras la marcha de Ricardo Fornesa como presidente de La Caixa, su sucesor, Isidre Fainé, la colocó en el mostrador para que los franceses de Suez la adquirieran.
Con esta desinversión, conseguirá unas plusvalías de 150 millones de euros que la entidad de ahorros se podrá anotar en el ejercicio 2010. Esto le permite tener oxígeno para el próximo año, que según los expertos será todavía más complicado que éste, en el que los beneficios de las entidades se van a recortar en torno a un 20% de media.